A cambio de apoyos para evitar ser enjuiciado, el mandatario de Brasil está haciendo concesiones a la bancada ruralista en el Congreso.
La región amazónica de Brasil sufre el acoso de intereses económicos que no tienen en cuenta el importante rol de esta área para la preservación del medio ambiente. Los avances de años atrás han dado lugar a un importante retroceso durante el actual gobierno del presidente Michel Temer. Ambientalistas del país y la fiscalía nacional alertaron sobre el peligro que corren áreas y comunidades amazónicas por medidas adoptadas por el presidente Temer a favor del agronegocio, uno de sus apoyos políticos en momentos en los que intenta sobrevivir a una denuncia por corrupción.
El mandatario conservador sancionó en los últimos días un programa para legalizar tierras federales invadidas en áreas protegidas y avaló un congelamiento de la cesión de títulos de propiedad para indígenas y descendientes de esclavos en el llamado pulmón del planeta.
Ambas iniciativas se suman a otra medida que se debate el Congreso para reducir el tamaño de santuarios naturales existentes. “Hay una ofensiva de la bancada ruralista que defiende el agronegocio en el Congreso, impulsa una gran cantidad de reducciones a la protección del medio ambiente y obstaculiza el reconocimiento de territorios para comunidades tradicionales. Tienen mucha influencia en el gobierno”, dijo a la AFP Elis Araújo, investigadora de Imazon (Instituto del Hombre y el Medio Ambiente en la Amazonía), en una conversación telefónica desde Belén (nordeste). La protección ambiental “es una moneda de cambio”, agregó.
Los ambientalistas sostienen que legalizar la ocupación ilegal conlleva un grave riesgo de violencia. Un trabajo de la ONG internacional Global Witness afirma que Brasil es el país donde más ecologistas fueron asesinados en 2016: 49 de un total de 200 asesinados en todo el mundo, y la Comisión Pastoral de la Tierra, que defiende a trabajadores rurales, ya contabilizó 37 muertes en lo que va del 2017.
El gobierno convirtió en ley una Medida Provisoria (MP) presentada como una normalización de la situación de agricultores pobres, principalmente en la Amazonía, pero los ambientalistas dicen que dicha norma esconde serios riesgos. “Será conocida como la MP de la falsificación por permitir la legalización masiva de áreas públicas invadidas, abriendo el camino a la deforestación y a los conflictos”, señaló el Instituto Socioambiental, organización dedicada a velar por los derechos medioambientales.
La nueva ley permite reclamar tierras tomadas hasta 2011 -antes el límite era 2004- y amplía de 1.500 a 2.500 hectáreas la propiedad estatal posible de ser comprada. Según Imazon, muchas veces la cotización oficial no llega ni al 10% del valor de mercado.
Esa decisión se sumó al freno aplicado a la cesión de títulos de propiedad para indígenas, lo que valió una advertencia de la fiscalía general. Para Araújo, Temer cedió a la presión de la bancada ruralista, la mayor del Congreso, porque necesita que el 2 de agosto lo apoye votando contra la acusación de haber cobrado un soborno del frigorífico JBS, un caso que podría costarle el cargo y que está en manos de la Cámara de Diputados.
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