El país vive una delicada situación institucional. Horacio Cartes pretende ocupar la banca que conquistó, pese a las críticas de inconstitucionalidad.
Paraguay vive una situación institucional insólita. El presidente, el conservador, Horacio Cartes, un empresario multimillonario que intentó el año pasado reformar la Constitución para reelegirse en el cargo, renunció este lunes a su mandato. Su intención es la de ocupar la banca de senador que obtuvo en las elecciones últimas.
En efecto, el próximo 15 de agosto, como dispone la Constitución, asumirá el presidente electo, Mario Abdo Benítez. La ley dispone que los ex presidentes sean senadores vitalicios, con derecho a voz, pero no a voto. Por tanto, el objetivo de Cartes, al renunciar casi tres meses antes de transferir el poder al nuevo presidente, compañero del oficialista Partido Colorado, es el de asumir como senador en igualdad de condiciones y mantener así sus fueros cinco años más. Su renuncia deberá ser aceptada probada por una mayoría de legisladores durante una sesión bicameral.
Pero la decisión de Cartes ha abierto un debate entre juristas y opositores, pues consideran que su decisión viola la Constitución. El empresario, y líder del Partido Colorado, logró que la justicia electoral le permitiera disputar una banca de senador en las últimas elecciones, pese a las voces en contra que apelaban a la norma constitucional que no prevé este caso. Ganó y ahora quiere ocupar su banca. Por ello como su mandato presidencial termina el 15 de agosto, deberá jurar antes del 1 de julio, de lo contrario seguirá hasta la finalización del período. En 2008, el ex presidente Nicanor Duarte, también del Partido Colorado, intentó hacer lo mismo pero el Congreso no se lo permitió.
Doce legisladores colorados presentaron ayer la petición para debatir la renuncia de Cartes el próximo miércoles. La renuncia ha sido dirigida al actual presidente del Senado y del Congreso, Fernando Lugo, líder del opositor Frente Guasu que ya anunció que votará en contra. Si bien aparecía dividido, el opositor Partido Liberal decidió oponerse a la decisión de Cartes y no dar cuórum en el Legislativo, el Frente Guasu ya anunció que se opondrá. Pero el tema se complejiza. El voto del actual Congreso es volátil y cambiante. Si no se consigue una decisión antes del 30 de junio, se desconoce la postura que podrá asumir el nuevo Congreso.
La polémica es más amplia, si Cartes logra que su salida sea aprobada, la Presidencia recaería en la actual vicepresidenta, Alicia Pucheta, expresidenta de la Corte Suprema, quien luego de dar su aprobación a la candidatura de Cartes al Senado, renunció al máximo tribunal para convertirse en la vice presidenta y probable presidenta, la primera mujer paraguaya en ese cargo. Un acuerdo que recibió críticas por la evidente contaminación de la pretendida independencia del Poder Judicial.