Ya han renunciado dos ministros y cuatro vice ministros del Gobierno de Jimmy Morales. El mandatario quiso torpemente que fuera investigado.
Jimmy Morales, una popular figura televisiva, llegó a la presidencia de su país con un discurso renovador precisamente en materia de corrupción. Para los analistas, quedaba claro que no poseía la preparación necesaria para un cargo de este tipo. Sin embargo, consiguió los votos necesarios.
Hoy protagoniza un escándalo, por financiación ilícita de la campaña del partido del que era secretario general, que se ha llevado a dos ministros, cuatro viceministros además de varios otros funcionarios que han dimitido.
Las dimisiones también se relacionan con la torpe decisión del mandatario de declarar persona non grata al jefe de una institución que el país incluye en su constitución y cuya existencia ha sido fruto de la cooperación con la ONU. Se trata de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), organismo que interviene precisamente para que la Justicia alcance a cualquiera que en el país cometa un delito.
El jefe de la CICIG, Iván Velásquez, estaba investigando al presidente por la presencia de financiaciones ilícitas en los fondos utilizados por su partido durante la campaña electoral. Este domingo, Morales quiso expulsar a Velásquez del país, firmando en soledad un decreto que ha sido neutralizado por la Justicia por carecer de mínimos requisitos legales y constitucionales.
La Corte de Constitucionalidad, de hecho, ha amparado al procurador de los Derechos Humanos (PDH), Jordán Rodas para que el jefe de la CICIG no sea expulsado del país en forma definitiva. Si bien el amparo es provisional, la Corte de Constitucionalidad suspendió definitivamente la expulsión pues considera que Morales actuó de manera ilegal contraviniendo una norma constitucional. Algunas organizaciones de la sociedad civil van incluso más allá y sostienen que la medida fallida del presidente podría provocar su destitución.