Hoy la Iglesia de Roma y la de ortodoxa de Constantinopla celebran conjuntamente la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación.
En el día de la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, el Papa Francisco y el Patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé, realizan un llamado conjunto a la humanidad y a la comunidad internacional para cambiar la forma de interactuar con la naturaleza y evitar un desastre ecológico.
Francisco instituyó esta Jornada hace dos años y para que tuviera un perfil ecuménico, quiso que coincidiera con el día en que desde 1989 la Iglesia ortodoxa de Constantinopla dedica al tema del cuidado de la naturaleza.
En el documento firmado por Francisco y Bartolomé, se afirma que los une un mismo interés y el reconocimiento de que la Tierra es “un bien a compartir”.
En el texto se destaca que “Dios quiso que la humanidad cooperara en la preservación y protección del medio ambiente”, como recuerda la Escritura, pero la historia muestra un panorama que “oscurece nuestra vocación como cooperadores de Dios”. “La Tierra nos fue confiada como un don y un legado sublime, del que todos somos responsables hasta que, al final, todas las cosas en el cielo y en la tierra serán recapituladas en Cristo”. “Nuestra dignidad y bienestar humano están profundamente conectados con nuestro cuidado por toda la creación”, se lee en el texto.
El Papa y el Patriarca ortodoxo señalan que “nuestra propensión a interrumpir los delicados y equilibrados ecosistemas del mundo, nuestro deseo insaciable de manipular y controlar los recursos limitados del planeta, y nuestra codicia ilimitada de ganancias en los mercados, todo esto nos ha alejado del sentido original de la creación”. Francisco y Bartolomé lamentan que “no respetamos ya la naturaleza como un regalo compartido; por el contrario, la consideramos una posesión privada. Ya no nos relacionamos con la naturaleza para sostenerla, sino que la dominamos para sostener nuestras propias invenciones”.
Los dos líderes religiosos resaltan que una visión opuesta al proyecto de Dios determina consecuencias “trágicas y duraderas”, pues “el medioambiente humano y el de la naturaleza se están deteriorando juntos, y este deterioro del planeta recae sobre las personas más vulnerables”.
“El impacto del cambio climático afecta, ante todo y más que nada, a los que viven en la pobreza en todos los rincones del mundo… Nuestra obligación de usar los bienes de la tierra con responsabilidad implica el reconocimiento y el respeto de todas las personas y de todos los seres vivos. La urgente llamada y el desafío de cuidar la creación son una invitación dirigida a toda la humanidad para que trabaje en favor de un desarrollo sostenible e integral”.
Ante esto, el Obispo de Roma y el Patriarca de Constantinopla hacen “un llamamiento urgente a quienes ocupan puestos de responsabilidad social y económica, así como política y cultural, para que escuchen el grito de la tierra y atiendan las necesidades de los marginados, pero sobre todo para que respondan a la súplica de millones de personas y apoyen el consenso del mundo por el cuidado de la creación herida”.
Para ambos una solución sincera y duradera al desafío de la crisis ecológica y del cambio climático necesita de una respuesta “concordada y colectiva”, que en modo compartido y responsable, debe dar “prioridad a la solidaridad y al servicio”. Por ello, invitan “a todas las personas de buena voluntad” a participar el 1 de septiembre en la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación dedicando “un tiempo de oración por el medio ambiente”. “Queremos dar las gracias al Creador amoroso por el gran don de la creación y comprometernos en su cuidado y preservación por el bien de las generaciones futuras”, afirman.
“En efecto, un objetivo de nuestra oración es cambiar el modo en que percibimos el mundo para modificar la manera de cómo nos relacionamos con él. El objetivo de nuestro compromiso es el de empeñarnos en alcanzar una mayor simplicidad y solidaridad en nuestras vidas”, concluyen en el texto.