Francisco autorizó la promulgación del decreto de la Congregación para las Causas de los Santos que reconoce las virtudes heroicas del empresario, y avanza en el camino para ser beato.
El Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw fue un fiel laico y padre de familia; nacido el 26 de febrero de 1921 en París (Francia) y fallecido en Buenos Aires (Argentina) el 27 de agosto de 1962.
El pontífice recibió en audiencia al cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y confirmó las conclusiones de la sesión ordinaria de la congregación, que decidió extender a la Iglesia universal el culto a la beata Margarita de Città di Castello, de la Tercera Orden de los Frailes Predicadores y al promulgar los decretos relativos a 12 nuevos beatos y 5 nuevos venerables Siervos de Dios, entre ellos a Enrique Shaw, con el reconocimiento de las virtudes heroicas.
Sobre el venerable Enrique Shaw
Enrique Shaw nació el 26 de febrero de 1921, perdió a su madre siendo muy pequeño en 1925; su padre cumpliendo con el pedido de su esposa, confió la formación de su hijo a un sacerdote.
Fue alumno del Colegio De La Salle e ingresó luego a la Escuela Naval Militar, donde afloró su extraordinario testimonio de fe; mientras surcaba los mares del sur descubrió su compromiso en la labor apostólica. En 1943 se casó con Cecilia Bunge, con quien formó su familia de 9 hijos. En 1945 pidió la baja en la Armada Argentina para responder a su vocación por Dios con una especial misión.
Su corazón lo llevó a querer convertirse en obrero, pero el consejo de un sacerdote le abrió otra perspectiva y decidió llevar el Evangelio al empresariado. Llegó a ser director delegado en Cristalerías Rigolleau S.A. siendo un ejemplo de dirigente de empresa, que se preocupó por cada empleado como si se tratara de un hermano, dando sin medir a todos los que necesitaban algo de él hasta el día de su muerte.
Desde muy joven Shaw tuvo el propósito de avanzar en el camino de la santidad. Su vida fue testimonio de virtudes cristianas, demostró que es posible conducir con eficacia una empresa aplicando los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Enrique Shaw fue uno de los impulsores de la creación de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y fue su primer presidente. Integró el Primer Consejo de Administración de la UCA, trabajó para conformar la Acción Católica Argentina (ACA) y el Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares. Su vida está repleta de logros y trabajos.
Mayor información sobre Enrique Shaw: www.enriqueshaw.com, por correo electrónico a cshaw@acde.org.ar. Visite también las redes sociales, Facebook, Instagram y YouTube.
Los cuatro pasos para ser proclamado santo
1. Siervo de Dios. El obispo diocesano y el postulador de la causa piden iniciar el proceso de canonización tras realizar una exhaustiva averiguación con personas que conocieron al candidato para saber si en verdad su vida fue ejemplar y virtuosa. Si se logra comprobar por el testimonio de estas personas que su comportamiento fue ejemplar, la Iglesia le declara «Siervo de Dios».
2. Venerable. La Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprueba la “positio” un documento en el que incluyen, además de los testimonios de los testigos, los principales aspectos de la vida, virtudes y escritos del Siervo de Dios. Si por estas detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, el Santo Padre lo declara «Venerable».
3. Beato. Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión. Dicho milagro debe ser probado a través de una instrucción canónica especial, que incluye el parecer de un comité de médicos y de teólogos.
4. Santo. Para la canonización es necesario otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación.