Junto con los demás obispos del país, Ricardo Ezzati había presentado su renuncia a raíz del escándalo estallado por los abusos contra menores y el encubrimiento de esos delitos.
Este sábado la Nunciatura Apostólica en Chile comunicó que el papa Francisco aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Santiago de Chile presentada por el cardenal Ricardo Ezzati. El cardenal, junto con los otros miembros del episcopado chileno había presentado su renuncia en las manos del Papa, a raíz de los escándalos por abusos sexuales contra menores de edad y el encubrimiento de estos delitos. Antes de Ezzati, que ya había alcanzado el límite de edad de los 75 años fijados por las leyes canónicas para el ejercicio del gobierno pastoral de una diócesis, el Papa había aceptado la renuncia de otros siete obispos chilenos.
Como sucesor del renunciante en la principal diócesis del país fue nombrado –de momento como “administrador apostólico sede vacante” hasta tanto lo disponga la máxima autoridad vaticana– a Celestino Aós Braco, hasta ahora obispo de Copiapó.
Aós asumió como obispo de esa diócesis en octubre de 2014. Entre los encargos que le ha confiado la Conferencia Episcopal, Aós es miembro de la Comisión Episcopal de Relaciones con la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile y presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Presbiteral, organismo del área Agentes Evangelizadores.
Un administrador apostólico es un obispo o un presbítero nombrado por el Papa para administrar una diócesis que se encuentra en situación de sede vacante, es decir, sin su obispo o arzobispo residencial. En este caso particular, se trata de nombramiento para una sede vacante hasta que el Papa provea un nuevo arzobispo para el gobierno pastoral de la arquidiócesis. El administrador apostólico goza de derechos y obligaciones semejantes a las del obispo residencial, con algunas excepciones que determina el Código de Derecho Canónico.
Con este nombramiento, de las 27 jurisdicciones eclesiásticas, nueve de ellas se encuentran en situación de sede vacante y a cargo de administradores apostólicos: San Felipe, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Chillán, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.
En paralelo, la Justicia chilena avanza en algunas causas judiciales en las que Ezzati aparece como investigados por haber obstaculizado o encubierto algunos casos de abusos contra menores. El obispo siempre ha proclamado su inocencia y alega haber colaborado en el esclarecimiento de los hechos.