Organizaciones supuestamente humanitarias activas en Siria han recibido en tres años unos 280 millones de dólares y han apoyado a grupos terroristas.
¿Qué ocurriría si se descubriera que algún país esté financiando al grupo armado colombiano ELN o que en el pasado habría financiado las FARC o el grupo peruano Sendero Luminoso? Sería un escándalo de magnitud ante la intromisión insoportable en cuestiones internas de un país.
En época de fake news, noticias falsas, las decisiones políticas logran ocultarse tras una pantalla, a menudo muy consistente, de distorsión de la realidad que llega hasta utilizar misiones supuestamente humanitarias.
Es el caso de la financiación por parte del Gobierno del Reino Unido de la ONG Adam Smith International (ASI), activa en Siria donde una supuesta rebelión interna oculta en realidad la agresión contra un Gobierno legítimo por parte de decenas de miles de milicianos provenientes del exterior que integran frecuentemente grupos terroristas como Al Qaeda, y su sucursal siriana Al Nusra, el conocido Estado Islámico (Isis) y un gran número de facciones que cambian a menudo de bando, puesto que con frecuencia luchan entre sí para asegurarse el control de zonas territoriales. Se ha intentado presentar estos grupos como “rebeldes” en lucha con un gobierno opresor y moderados. Pero en realidad, estos grupos han sembrado terror y muerte utilizando incluso armas químicas.
En diciembre del año pasado, el programa Panorama de la BBC reveló que Adam Smith International, catalogada como ONG humanitaria, que recibía fondos del gobierno de Su Majestad para formar “policías” en las «zonas liberadas», o sea bajo control de los «rebeldes sirios», en realidad estaba financiando a al-Qaeda. Otras investigaciones han demostrado que la ONG también financió una campaña de cabildeo en la ONU para convencer a los diplomáticos de que Bahréin respeta los derechos humanos.
El apoyo a ASI fue momentáneamente suspendido y a partir de ese momento estallaron varios escándalos, que señalaban el pago de grandes sumas a dirigentes de la organización y el robo de documentos confidenciales del Estado, provocando la renuncia de dirigentes.
Red Voltaire señala que el gobierno británico dispone de un Fondo de Estabilización y Seguridad (Conflict Stability and Security Fund) que apoya a al-Qaeda en Siria a través de 3 ONGs humanitarias: la citada Adam Smith International, Integrity Global y Tamkeen. “Los fondos han sido entregados a un individuo presentado como alcalde de Alepo, en realidad un vocero de los yihadistas sauditas que ocuparon el este de esa ciudad siria, y a los llamados White Helmets (Cascos Blancos) –otro grupo, también supuestamente sirio, organizado por James Le Mesurier, oficial del MI6 británico–, que afirman hacer labores de defensa civil pero que se dedican en realidad a la propaganda contra la República Árabe Siria”. Entre 2015 y 2017 estas organizaciones han recibido, unos 280 millones de dólares, según datos oficiales.
Queda claro una vez más que al complejo problema del terrorismo internacional se agrega un factor más, particularmente inquietante, y es el apoyo que recibe en algunos casos por los Gobierno que supuestamente deberían combatirlo o que dicen hacerlo.