Néstor Humberto Martínez habría intervenido frenando las pesquisas que se realizaban sobre irregularidades de la empresa.
Es cada vez más delicada la situación del Fiscal General de Colombia, Néstor Humberto Martínez, en medio de un terremoto político. Las conversaciones que mantuvo en agosto de 2015 con Jorge Enrique Pizano, testigo del caso Odebrecht, fallecido por infarto hace diez días cuestionan su trabajo al frente del organismo encargado de investigar los sobornos millonarios de la constructora brasileña que ha pagado coima a funcionarios públicos de muchos países de América latina.
El presidente Iván Duque luego de respaldarlo públicamente pidió el nombramiento de un fiscal especial para gestionar las pesquisas del caso, al igual que el procurador, Fernando Carrillo. Las fuerzas de la oposición no se conforman con esa opción y exigen su renuncia.
Las grabaciones que lo acusan, difundidas por el informativo Noticias Uno, son negadas por Martínez, sin embargo dejan claro que estaba al corriente de las irregularidades de la compañía en la construcción de un tramo de la Ruta del Sol, una de las principales vías del país entre el departamento andino de Cundinamarca y el Caribe. En ese momento era el abogado del Grupo Aval, conglomerado bancario que controla Corficolombiana, una firma de servicios financieros que intervino en la obra. Los familiares de Pizano han pedido que se hagan públicas todas las grabaciones.
Martínez asumió el control de la Fiscalía en agosto de 2016, bajo el mandato del expresidente Juan Manuel Santos. A principios de 2017, cuando empezó a aflorar la trama de corrupción de Odebrecht en Colombia, se inhibió de la investigación del escándalo. Las grabaciones siembran nuevas dudas sobre su idoneidad para ocupar su cargo. El propio mandatario, que la semana pasada le expresó su apoyo, ve necesaria la figura de un fiscal específico para “llegar hasta el fondo” del caso. La oposición va más allá y reclama su renuncia.
El líder opositor, Gustavo Petro, afirmó que “en otro país el fiscal hubiera renunciado por decencia. En Colombia lo que tenemos es un régimen de la corrupción y un sistema de impunidad”.
Por otro lado, hay una trágica cadena de muertes en la familia Pizano, que se está investigando: Jorge Enrique Pizano falleció de infarto, pero tres días después murió su hijo, Alejandro Pizano Ponce de León, que había viajado a Bogotá desde Barcelona para asistir al funeral. Se desplomó tras beber de una botella de agua que se encontraba en el escritorio del padre y su corazón dejó de latir camino del hospital. La causa de deceso, según confirmó el Instituto de Medicina Legal, fue envenenamiento por ingesta de cianuro. El domingo, no obstante, la policía halló un tarro con cianuro en la casa, envuelto en una bolsa y guardado debajo del lavabo.