Un tribunal de apelación rechazó las razones presentadas por su equipo legal. Según la fiscalía, el ex mandatario podría obstaculizar las investigaciones.
Regresa a la cárcel el ex presidente de Brasil Michel Temer. El ex mandatario, de 78 años, se entregó a la policía de São Paulo en la tarde de ayer, para cumplir la decisión del Tribunal Regional Federal de la Segunda Región que revocó el habeas corpus gracias al cual el pasado 25 de marzo fue puesto en libertad luego de cuatro días de detención dictada por los fiscales que lo investigan en el marco del caso Lava Jato.
Temer, quien dejó de ser presidente el pasado 1 de enero, es acusado de recibir unos 250 millones de dólares por un contrato para la construcción de la zona industrial Usina Termonuclear de Angra 3. Los investigadores sostienen que unos 1.800 millones de dólares habrían sido desviados.
Temer debería haber vuelto a Río de Janeiro para cumplir la orden de prisión preventiva en su contra, ordenada originalmente por el juez Marcelo Bretas, que le acusa de “ser el líder de una organización criminal” que durante 40 años cobró sobornos a cambio de contratos públicos. Pero su defensa ha logrado que cumpla la condena en Sao Paulo, donde vive. El equipo legal del exmandatario ya ha presentado un nuevo recurso de habeas corpus ante el Tribunal Supremo de Justicia (STJ) para revertir esta última decisión judicial.
El expresidente brasileño pisó la cárcel el pasado 21 de marzo. Cuatro días después, Temer fue puesto en libertad. Ahora, la corte de apelación ha coincidido con el Ministerio Público Federal en que hay riesgo de que el “grupo criminal” liderado por Temer continúe actuando. La detención hace dos meses y la nueva entrada en la cárcel del expresidente ha reavivado el debate sobre el uso de la prisión preventiva en el caso Lava Jato, una medida que algunos expertos consideran excesiva. La defensa del político alega que él siempre estuvo a disposición de la Justicia y no tenía intención de huir.
Temer tiene, en total, seis imputaciones en su contra. Cuando aún era presidente, había conseguido detener todas las investigaciones porque tenía la inmunidad especial que la ley asigna al cargo que ejercía, además de apoyos suficientes en el Congreso para evitar el procesamiento, privilegios que perdió con el fin de su mandato.