Los restos de 90 soldados muertos durante la Guerra de Malvinas fueron identificados y sus familiares tuvieron la posibilidad de llorar delante de las tumbas que hoy tienen nombre.
La cercanía con el 2 de abril, fecha en la que se recuerda el comienzo de la absurda guerra de Malvinas, hace aún más conmovedor lo vivido por 214 familiares que por primera vez viajaron al cementerio de Darwin para rendir homenaje a 90 soldados caídos durante el enfrentamiento bélico.
Allí descansan los restos de 246 personas muertas durante la guerra, de los cuales 121 aún no habían sido identificados. Tras un acuerdo entre los gobiernos, el Comité Internacional de la Cruz Roja realizó el año pasado, en conjunto con el Equipo Argentino de Antropología Forense, un trabajo de exhumación de las tumbas no identificadas y se recolectaron restos que fueron comparados con las muestras de ADN aportadas por 107 familias y se lograron identificar un total de 90 cuerpos. Es decir, 90 tumbas dejaron de tener la inscripción “Soldado argentino sólo conocido por Dios” y pasaron a tener un nombre, donde los propios familiares pudieron llorar y abrazarse 35 años después.
“Fue un proceso de sanación para muchos argentinos”, aseguró el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, quien acompañó al contingente a las Islas Malvinas.
“La emoción que se vivió, ese reencuentro de las familias con sus seres queridos llenó de vida el cementerio, aunque parezca una contradicción. La imagen del cementerio, siempre desolada, lleno de gente es una imagen de vida, de recuperación, de cerrar historias”, aseveró el funcionario a la agencia Télam.
“Ahora sé dónde está. El corazón me latía a mil, me voy con la satisfacción de haber conversado con él. Fue un encuentro lleno de amor y paz”, aseguró Dalal Massad, madre de Marcelo Daniel Massad, quien murió durante la batalla de Monte Longdon.
En sus palabras, sin dudas, se resume el sentimiento de tantos otros familiares. Y de todos los argentinos…