La crisis del dólar fue la tapa del día de ayer. La divisa norteamericana se disparó con una devaluación importante tocando, y a veces perforando, la barrera de los 40 pesos.
Las causas son las que venimos denunciando desde hace un par de días en el espacio de Ciudad Nueva.
Lo novedoso de estos días fueron las presentaciones del presidente, Mauricio Macri, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que no lograron cambiar el rumbo de las expectativas. Los inversores tomaron una lectura bastante confusa de los dichos de los funcionarios y del propio presidente. Por un lado, se hablaba de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) iba a adelantarle la entrega de dinero, pero también se mencionaba la posibilidad de un nuevo acuerdo con el Fondo, cuestiones que todavía no están resueltas.
Se ha vivido una jornada de mucha tensión y sobre el final el Banco Central ofreció más de 500 millones de dólares, vendiendo más de 300 millones, para calmar la brusca subida. Todavía el Gobierno no ha tomado ninguna medida, como es volver a subir las retenciones o postergar el plan de disminución de retenciones o una medida para obligar a los exportadores a liquidar divisas, opción que calmaría la sed de dólares del mercado ante la falta de oferta.
Lo que sí sucedió fue que frente a posibles movimientos especulativos de la banca, el Banco Central determinó una suba de encaje, es decir la suma de dinero de depósitos que hay que dejar en reserva que no se puede utilizar para ningún tipo de operación.
Sin embargo, hemos visto una aceleración de la devaluación, a pesar de que las tasas subieron considerablemente, tanto las interbancarias como las de Lebacs, rozando casi el 60-70 por ciento, según el valor que tuvo el dólar durante la jornada.
Podemos agregar que los rumores de la city están pidiendo la cabeza del jefe de Gabinete y un cambio de nombres en algunas figuras del Gobierno, en línea con los dichos durante esta semana el exministro de economía Alfonso Prat Gay, quien se refirió a la necesidad de unificar la orientación económica y tener un único ministro de Economía.
Sin duda que toda esta suba del dólar impactará tarde o temprano en la suba de precios, agravando la situación de pobreza e indigencia, el desempleo (se habla de 100 mil puestos de trabajo formales menos en la industria), con un agravamiento de la recesión. Los analistas del mercado ya pronostican una caída del PBI del 1% para este año.
Cabe destacar que cierta calma en la gente se debe a que aún están vigentes ciertos planes sociales que componen una especie de malla de contención social, más allá que la inflación ha quitado poder adquisitivo a estos sectores vulnerables.
Este tipo de crisis no se da de la noche a la mañana y se pueden encontrar diversas causas. Por un lado la situación de Brasil, que tiene una economía que no arranca y es ni más ni menos que nuestro principal socio comercial; por otra parte, la fuerte sequía que hemos tenido y así como también la guerra comercial que el gobierno de Donald Trump ha comenzado con el resto del mundo que hace más difícil la exportación, y por último, la suba de tasas de interés internacional que fue el origen del proceso de la crisis de hace tres meses.