El primer grupo de una veintena de esclavos, fue intercambiado por comida en 1619. Hasta 1867, fueron traídos a la fuerza 12,5 millones de africanos.
A finales de agosto de 1619 llegaba a la costa del territorio que luego se transformó en Virginia un barco con una veintena de esclavos negros, cuyo destino final era Nueva Inglaterra. El comandante del barco cambió los esclavos por comida que estaban necesitando. Los esclavos fueron comprados por los primeros colonos. Faltaba un año para que el Mayflower llegara a las costas de Estados Unidos trayendo a los “peregrinos”, marcando el comienzo de la colonización de los territorios norteamericanos que, hasta ese momento, solo contaba con alguna esporádica aldea.
Ayer miembros del Congreso estadounidense, del Partido demócrata, celebraron la llegada de los esclavos negros al país, hace 400 años. La historia de los Estados Unidos se despliega en paralelo con la tragedia de la llegada de 12,5 millones de hombres, mujeres y niños traídos a la fuerza de África entre 1526 y 1867. Un drama que se llevó a cabo en paralelo con el desplazamiento de los habitantes originarios de América del Norte, los pueblos indígenas que fueron literalmente exterminados y relegados a vivir en reservas, marginados y privados de tierras que habían sido su hogar durante siglos.
La celebración en el Salón de la Emancipación del Capitolio, el parlamento norteamericano, quiso evocar ese momento histórico también para enmendar este “pecado original”, como ha sido calificado. “Debemos reconocer el pasado para poder enmendarlo”, afirmó el líder de la minoría negra en el Senado, Charles Schumer. La legisladora presidenta del Caucus Negro del Congreso, la demócrata Karen Bass, destacó que “somos muy afortunados de vivir en este increíble país”, sin embargo, resaltó que el país ha sido reacio a “examinar y abrazar toda nuestra historia: no podemos solo aceptar las partes buenas, tenemos que aceptar también las partes difíciles”.