El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, reflexionó sobre la decisión del gobierno nacional de habilitar el debate sobre la despenalización del aborto.
Además destacó que la reciente declaración “Respetuosos por la vida”, de la Conferencia Episcopal Argentina, es “una palabra clara al servicio de la sociedad, que tiene su fundamento en la certeza de la existencia de la vida humana”.
“El tema del aborto no puede quedar librado a una decisión personal sin referencia al marco de una ley que proteja el valor de la vida, junto al acompañamiento integral de la persona. No estamos ante un acto privado sin consecuencias jurídicas y sociales. El Estado mismo, con sus poderes constitucionales, no puede estar ausente”, aseguró.
El prelado consideró que “en estos temas en los que se habla de vulnerabilidades, que son reales, cuesta aceptar que la referencia al aborto sea considerada como un acto humanitario para con las mujeres pobres, creo que es minimizar el problema”.
“Cabe a la política buscar una respuesta que no sea la supresión de un término del problema, sino crear las condiciones para el bien tanto de la vida por nacer como de la madre. No hablamos de una vida sino de dos”, sostuvo.
“No podemos desconocer que desde la concepción hay una realidad nueva, que la ley debe proteger. No somos dueños de aquello que ya tiene su identidad y autonomía, aunque aún no tenga independencia, eso es parte de su vulnerabilidad”, advirtió, y agregó: “Por lo mismo, el valor de la vida no está en relación a su nacimiento y capacidad de decisión, sino a su existencia como fundamento jurídico y moral de su dignidad. Este derecho que es original e inalienable debe ser tenido en cuenta cuando se trate la ley”.
El arzobispo santafesino hizo hincapié en lo que considera que “hace a una ley justa” y fundamentó su posición en ideas de la intervención de Benedicto XVI en el Parlamento alemán, donde el hoy Papa emérito habló sobre el tema.
“Hablamos de la existencia de un orden objetivo al que debemos saber escuchar y respetar, hablamos de lo dado, de lo que existe. Aquí aparecen los conceptos fundamentales de naturaleza, libertad y conciencia, en los que la conciencia es la misma razón abierta al lenguaje del ser, de lo que existe”, afirmó.
“El hombre, por ello, no es solo libertad creadora que pueda disponer del orden creado y manipularlo, lo puede mejorar pero no suprimir, ni destruir. El hombre es espíritu y libertad, pero es también naturaleza: ‘y su voluntad es justa cuando él respeta la naturaleza y la escucha’”, agregó volviendo a citar a Benedicto XVI.
Monseñor Arancedo también se refirió a “la necesidad de una ‘ecología del hombre’, no solo de la naturaleza, con todo lo que ello implica de cuidado y respeto”.
“No es correcto ni justo, aislar la libertad como un poder absoluto de decisión, frente a la existencia de un nuevo ser que es autónomo pero no independiente, es necesario avanzar políticamente en temas que hacen a la prevención y a la ‘educación sexual integral que capacite para la decisión libre y responsable de concebir una vida nueva’. El aborto nunca es una solución, siempre será un drama”, concluyó.
Fuente: AICA