El promedio mundial es del 25%. Gran impacto de las fuentes hidráulicas. A futuro habrá que pensar en ciudades más eficientes, con mejor red de transporte para reducir el uso de combustibles.
El 60 por ciento de la energía que se produce en América latina proviene de fuentes renovables, principalmente hidráulicas. Desde este punto de vista se la puede considerar a la cabeza del desarrollo de fuentes menos contaminantes. Es uno de los aspectos que serán considerados durante la I Semana de la Energía Sostenible que desde hoy y hasta el jueves se lleva a cabo en la capital de Panamá.
Para el jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ariel Yépez, se trata de un logro muy por encima de la media mundial, que “no supera el 25 por ciento“. La generación de electricidad a través de energías verdes en América Latina y el Caribe ha sido posible, según el ejecutivo, gracias a la “disponibilidad de recursos” y a que países como Brasil, Perú, Colombia y Venezuela “están aprovechando su potencial hidráulico”.
Otro factor a tener en cuenta es la reducción de los costos para desarrollar las energías renovables y eso las hace más atractivas. Es notorio el auge de parques eólicos en varios de los países de la región que, además, están realizando las más grandes centrales solares del mundo, en Chile y Honduras. A su vez, en lo que va del año, países como Costa Rica y Uruguay han producido el 100 por ciento de su energía a través de fuentes renovables.
“La energía renovable es algo bueno para la región en la medida que diversifica sus matrices energéticas y reduce la vulnerabilidad de los países a la volatilidad de los precios del petróleo”, añadió Yépez. El único problema que presentan las energías verdes es que obedecen a las condiciones meteorológicas, por eso es necesario desarrollar distintos tipos y no depender de una sola fuente: “Hay una alta correlación entre años de sequía con una mayor capacidad de generación eólica”, indicó el experto.
La iniciativa de la ONU “Energía Sostenible para Todos” (SE4ALL, en inglés), indica que la demanda de energía eléctrica en la región va a crecer un 91 por ciento en 2040 debido a la industrialización y al crecimiento de las clases medias. Para la directora ejecutiva de SE4ALL, Jane Ebinger, implica la necesidad de “pensar diferente a diseñar mejor nuestros edificios para que sean más eficientes y a repensar nuestra red de transporte”.
El transporte y el consumo de gasolina también forman parte de la matriz energética de un país, por eso, añadió Ebinger, “hay que diseñar mejor las ciudades para que los ciudadanos no tengan que viajar tanto y mejorar el transporte público”.
El acceso universal a una energía asequible, segura, sostenible y moderna en el año 2030 es uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible que los países suscribieron en la pasada Cumbre de París para combatir los efectos negativos del cambio climático.