El secuestro de un equipo de prensa, luego asesinado, y de un matrimonio motivó la decisión del Gobierno de Quito. Piden un compromiso a la guerrilla.
La decisión no pudo ser más drástica. El presidente de Ecuador, Lenin Moreno (foto), dispuso que su país dejará de ser garante –y anfitrión– de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se iniciaron en febrero de 2017 en Quito.
La del Gobierno ecuatoriano se mantendrá hasta que el ELN se comprometa a dejar las acciones terroristas. La canciller de Ecuador, María Ángela Holguín, ya ha comenzado ha anunciado los procedimientos pertinentes para trasladar las conversaciones de paz a uno de los países que previamente se establecieron como sedes alternativas. El actual ciclo de reuniones estaba pautado que durara hasta el próximo 18 de mayo.
La decisión es una reacción a dos hechos delictivos llevados a cabo por elementos disidentes del ELN y de las FARC que, junto con criminales comunes, rechazan el fin del conflicto armado. Hace 18 días, el llamado Frente Oliver Sinisterra, liderado por Walter Artízala, alias Guacho, primero secuestró y sucesivamente asesinó a dos reporteros y a su conductor. Otro matrimonio ha sido secuestrado, aparentemente por el mismo grupo, y en un video pide que el Gobierno ecuatoriano intercede por sus vidas. Los grupos mencionados actúan en la frontera entre Ecuador y Colombia.
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hizo saber que comprende las razones de la decisión de su par ecuatoriano.
De todos modos, el anuncio complica el desarrollo de un proceso que en más de un año no ha registrado avances significativos. No sólo, sino que exporta episodios de violencia en territorio de Ecuador a través de la acción criminal de la disidencia de las FARC, el ELN y de narcotraficantes que han transformado la frontera en su guarida y la lucha armada en una excusa para los negocios ilícitos.
Los diálogos con el ELN se reanudaron en marzo, pese a la ausencia de resultados, y pese a una ofensiva violenta de la guerrilla en Colombia, que sigue activa en la franja de territorios próximos a las fronteras con Venezuela y Ecuador y en la costa del Pacífico.
El próximo 27 de mayo, en Colombia se votará por un nuevo presidente. Este episodio complica la intención de Santos de entregar la banda presidencial habiendo encarrilado el diálogo con el ELN. El Gobierno colombiano anunció haber desplegado 12.000 soldados y policías, al tiempo que otros 57.000 miembros de las fuerzas armadas vigilan las zonas de frontera.
El equipo de prensa del diario El Comercio fue secuestrado en Ecuador y asesinado en Colombia. La porosidad de las zonas selváticas hace que los grupos armados se muevan entre los dos países sin apenas control, donde decenas de miles de hectáreas de tierra son usadas para cultivar la hoja de coca. Los grupos narcotraficantes locales integran tanto a criminales comunes como a ex guerrilleros y ex paramilitares desmovilizados que no quieren abandonar un negocio, por lo visto, rentable.