En la ciudad liberada aparecen cámaras de tortura, jaulas donde vivían los civiles como escudos humanos. Hay unos 3.800 prisioneros desaparecidos.
Douma, ciudad parte del cinturón verde conocido como Ghouta, en los alrededores de Damasco, la capital de Siria, estaba bajo el control del grupo Jaysh al Islam (el Ejército del Islam) cuyo objetivo era formar una suerte de estado en el que se aplicara la ley islámica (sharia). Un proyecto no muy diferente del de Al Qaeda en su versión local, Al Nousra, o del Isis, que llegó a ocupar una parte importante del territorio nacional. Y tampoco los métodos de Jaysh al Islam diferían mucho de los utilizados por los demás grupos terroristas. Por años, desde Douma se bombardeaba Damasco con cohetes provocando miles de muertos. Y se solía hacerlo también en la hora en que los chicos salían de los colegios, para infundir el terror.
Sin embargo, Zaharan Alloush, fundador del grupo y muerto durante el conflicto a fines de 2015, era incluido en los así llamado “rebeldes moderados” que supuestamente intervienen en el conflicto sirio y que merecían el apoyo de los Estados Unidos, sus aliados occidentales y en Medio Oriente, en especial Arabia Saudita. De hecho, su hermano Mohammed ha participado de los coloquios que han intentado pacificar Siria, en representación de los “rebeldes moderados” que los Estados Unidos y los sauditas han pretendido apoyar.
El grupo podía atacar Damasco, desde Douma con precisión a través de un sistema preciso de coordenadas y gracias a una red de túneles que permitía golpear sin ser detectados. Por otra parte, en Douma la población civil padecía los efectos de la guerra y, además, había miles de prisioneros, entre ellos también militares sirios que también vivían en condiciones extremas. Esto explica la razón de la ofensiva del gobierno de Damasco para liberar Douma y la zona de Ghouta oriental, que ha sido presentada por los medios occidentales como una suerte de sitio inhumano contra grupos disidentes. La realidad dice que era exactamente al revés: el Estado estaba intentando liberar a sus propios ciudadanos de las manos de un grupo terrorista.
Ahora que la ciudad ha sido liberada, se reconstruye el ambiente en el que vivían los civiles, el que revela que este grupo de moderado no tenía nada. Los yihadistas de Douma vejaban en especial a los miembros de las minorías, como los alauitas (el mismo grupo de pertenencia del presidente sirio Bachar al Assad), enjaulados y humillados, además de ser usados como escudos humanos. De los 4 mil prisioneros capturados por los yijadistas, apenas 200 pudieron ser liberados, no se sabe qué pasó con los otros 3.800.
En la zona liberada también han aparecido herramientas de tortura y las jaulas en las cuales eran obligados a vivir los rehenes. Las descripciones que hacen los sobrevivientes de las condiciones de vida, son de graves crímenes cometidos por grupos que, lisa y llanamente, solo se pueden calificar de terroristas.
Las fotos pertenecen al sitio web: Gli occhi della guerra.