Sergio Cabral y Anthony Garotinho han sido acusados de malversar fondos públicos. El primero se habría quedado con al menos 66 millones de dólares de coimas cobradas en la realización de obras públicas.
Brasil sufre un nuevo golpe a la credibilidad de las instituciones políticas: en medio de una crisis que ha dejado sin fondos al estado de Río de Janeiro, dos de ex gobernadores han sido detenidos por corrupción en apenas 24 horas. Sergio Cabral, del PMDB y gobernador entre 2007 y 2014, ha sido arrestado junto con Anthony Garotinho (PR), mandatario entre 1999 y 2002, han sido acusados de recibir y facilitar una red de sobornos multi millonarios.
Cabral llegó a ser candidato de su partido para la presidencia. En la realización de las obras para hospedar el Mundial de fútbol, los Juegos Panamericanos y finalmente los Juegos Olímpicos celebradas este año el ex gobernador cobró coimas por al menos 66 millones de dólares.
Como gobernador, Cabral puso en marcha la popular iniciativa de las Unidades de la Policía Pacificadora en las favelas y recibió el apoyo del Partido de los Trabajadores y Luiz Inácio Lula da Silva hizo campaña en su favor. Sin embargo, la investigación señala un régimen de gastos que abarcaba grandes fiestas rodeado de sus colaboradores, derroche de fondos públicos para atender intereses privados, uso de un helicóptero para pasear a su familia al costo de 100.000 dólares mensuales o viajes privados pagados con fondos públicos, joyas y vestidos lujosos. Cabral llegó a cobrar sobornos mensuales por casi 100.000 dólares.
El ascenso de este político está vinculado al poder del ex gobernador Anthony Garotinho, detenido por una trama de corrupción electoral.
La indignación ciudadana es magna, pues en medio de ese despilfarro que hoy deja una cuenta por pagar, en Río de Janeiro miles de empleados públicos se movilizan prácticamente a diario contra el recorte de hasta el 30 por ciento de su salario que pretende imponer el actual gobernador del estado, Luis Ernesto Pezao, que fue vicegobernador de Cabral. Los recortes abarcan también el gasto social y a la cultura, con los que Pezao pretende afrontar el agujero de las cuentas públicas acumulado, aunque debería explicar qué hizo como vice gobernador cuando Cabral malversaba el dinero de todos.
No es menor que se trate de una figura del partido en el gobierno, el PMDB, cuyo líderes, desde el propio presidente Michel Temer al presidente del senado, Renan Calheiros, todos los días temen ser embestidos por alguna esquirla de las investigaciones contra la corrupción que conduce la Justicia, la única institución que parece haber comprendido la necesidad de reformar un sistema político que, por lo visto, sigue mirando al costado.
