El proyecto de reforma previsional volverá a ser tratado hoy en el Congreso.
Las imágenes del pasado jueves aún generan tristeza. Tanto las que mostraban lo que pasaba en el interior del Congreso, con diputados agrediéndose verbalmente, realizando chicanas unos a otros, y hasta intentando propinar algún que otro golpe de puño, como las que reflejaban lo que sucedía fuera del recinto, en la plaza y alrededores, con la Gendarmería reprimiendo hacia un lado y hacia el otro, tratando de dispersar a quienes manifestaban en contra de una reforma que sigue generando cada vez más polémicas.
Hoy se espera otro día de tensión. Ante una nueva convocatoria en Diputados para tratar el proyecto de Reforma Previsional impulsado por el Gobierno, tanto la CGT como la CTA anunciaron un paro general de actividades desde el mediodía, mientras que diferentes organizaciones como Barrios de Pie, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y la Corriente Clasista y Combativa adelantaron que cortarán los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires, ya que aseguran que “es indispensable seguir en alerta y movilización para evitar el avance de las reformas que van en contra de los sectores que menos tienen en momentos de emergencia social y alimentaria”.
Entre las principales características del proyecto se encuentra una nueva fórmula para el cálculo de la actualización de las jubilaciones, lo que significaría, según la oposición, un gran perjuicio para los jubilados ya que se tomarían “100 mil millones de pesos de los fondos previsionales”. Por esta razón el oficialismo, luego de un acuerdo con gobernadores, prometió un bono compensatorio ya que la nueva fórmula no contempla la inflación del último trimestre, que implicaría unos 4 mil millones de pesos.
“Lo del bono es un engaña pichanga para conseguir el quórum, es una farsa. Es una nueva burla para el conjunto de los jubilados y pensionados”, aseguró el jefe del bloque kirchnerista de Diputados, Agustín Rossi.
En tanto, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, expresó que el proyecto “no es una reforma previsional. Estamos viendo una ley para recortar jubilaciones, pensiones, pensiones no contributivas, pensiones de veteranos de Malvinas y asignaciones universales por hijo y familia. Estamos absolutamente en contra de esta ley, no es una ley de reforma jubilatoria, es una ley de recorte. Si no hubiera sido así, no hubieran anunciado el bono para compensar”.
Desde el Gobierno aseguran que 10 millones de personas serán alcanzadas por el bono compensatorio, mientras que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó que “los jubilados el año próximo no van a tener quita, sus haberes van a crecer un 5%”. “La quita es una falacia en la discusión; queremos que [los jubilados] nunca más pierdan ante la inflación”, agregó.
Será un lunes de tensión, sin dudas. Pero que sea una tensión que no anule el debate y la capacidad de escucha de los legisladores. Como expresaron los obispos tras los episodios de la semana pasada, “el diálogo es el único camino”, y “únicamente a través del respeto por las instituciones democráticas, que garantizan un diálogo al servicio del bien común, será posible superar las dificultades que agobian a nuestro pueblo”.