Más de tres años de guerra civil, han provocado la huida del país de 4 millones de habitantes. Solo Uganda ha recibido un millón de personas.
Más de 10.000 refugiados en Sudán del Sur han sido cobijados en la iglesia catedral de la ciudad de Wau. La multitud está huyendo de la violencia generada por la guerra civil en un país que no conoce paz, al tiempo que el conflicto interno se agrava cada vez más.
La Catedral Santa María Auxilio de los Cristianos está situada en Wau, una localidad del norte del país. La ciudad se había mantenido a salvo de la guerra civil que desde hace tres años azota este país que se ha independizado en 2011.
El conflicto enfrenta a los partidarios del presidente Salva Kiir y los del ex vicepresidente Reik Machar. Más de 4.000.000 millones de ciudadanos han abandonado el país en busca de paz, comida y trabajo, un tercio de los 12.000.000 de habitantes. El país, además, sufre una intensa carestía.
Una parte de los que han huido, más de 1.000.000, se ha refugiado en Uganda, país limítrofe que no cuenta con los recursos para atender a tantas personas.
Entre los que han buscado refugio en la catedral de Wau, está el convencimiento de que los milicianos armados no se atreverán a atacar un lugar sagrado. “Muchas otras iglesias también han acogido a miles de personas” señaló a IRIN News Moses Peter, un sacerdote de la catedral.
La mayoría de los desplazados internos son mujeres, niños y personas que han perdido a casi todos sus familiares en la guerra. Muchos tienen miedo de quedarse en sus hogares porque saben que pueden ser asesinados, torturados, sufrir violaciones o forzados a pelear.
No es tarea fácil brindar ayuda a tanta gente, en la catedral están comenzando a escasear las provisiones. Han pasado cuatro meses desde que llegaron las últimas raciones distribuidas por el Programa Mundial de Alimentos. El episcopado sudanés, denuncia que fueron ignorados los pedidos de alimentos y también que se instalen negociaciones de paz. “Aquellos que tienen el poder para hacer cambios que mejoren la situación de nuestra gente no han hecho caso de nuestros anteriores mensajes pastorales”, expresaron los obispos de Sudán del Sur en un comunicado difundido en febrero de este año.
Ante la emergencia, algunos organismos internacionales han instalado en la iglesia baños, bombas de agua, salones de clase y oficinas de salud. Sin embargo, el personal de la ayuda humanitaria que trabaja en el templo recibió amenazas y solo cuenta con un guardia de seguridad.
La falta de alimentos también es atribuida al caos y la corrupción que reina en el país, en medio de inflación y saqueos. Varios organismos y analistas señalan que Sudán es un ejemplo de Estado fallido, superando incluso el caso de Somalia. El estancamiento de los esfuerzos de paz y la violencia atentan, sin embargo, contra millones de personas que viven una emergencia humanitaria.