El tamaño de Kelt-9b, éste es su nombre, duplica el tamaño de Júpiter y, debido a la extrema cercanía a su estrella, su temperatura supera los 4.000 grados centígrados.
La existencia de un nuevo planeta (o exoplaneta, por estar ubicado fuera del sistema solar) ha sido dada a conocer en estos días por un grupo de astrónomos.
Se trata de un planeta gaseoso y sus dimensiones duplican las de Júpiter, el más grande de los planetas de nuestro sistema. Pero lo que más asombra de él es la súper elevada temperatura que durante el día alcanza los 4.315 grados centígrados, es decires, 1.093 grados menos que la temperatura del Sol.
El descubrimiento ha sido realizado por el telescopio Kelt, dedicado a investigar sobre la existencia de planeta más allá del sistema solar, de ahí que el nombre que se le ha asignado al cuerpo celeste es Kelt-9b. El planeta está a 650 años luz de la Tierra y emite una radiación ultravioleta tan intensa que podría evaporarse debido a su intenso resplandor.
En un artículo publicado en la revista Nature, los astrónomos explican que el período de rotación del Kelt-9b en torno a su estrella dura apenas un día y medio terrestre. La corta distancia de su sol hace que la temperatura del planeta sea tan elevada, puesto que se encuentra a unos 5 millones de km de la estrella, es decir, 30 veces más cerca de su astro que la Tierra del Sol.
El calor que recibe es tan intenso que el planeta se hincha haciendo imposible que moléculas de agua, dióxido de carbono o metano se junten, lo que hace que sufra un bloqueo, por lo que siempre muestra la misma cara hacia su sol.
Esta cercanía hace que la temperatura de Kelt-9b sea superior a la de muchas estrellas, por lo que se preguntan si es posible que tenga una cola de gas que brille intensamente como la de un cometa o si aloja un núcleo sólido como la mayoría de los planetas. “Según la mayoría de las teorías de formación de planetas sí debería tenerlo y estar hecho de roca y hielo”, aseguran los astrónomos a la revista Nature.
Los científicos calculan que el exoplaneta morirá en los próximos 200 años, cuando se agotará todo su hidrógeno y comenzará a morir aumentando su tamaño hasta desaparecer. “Conocer su mundo tan extremadamente inhóspito permite una mejor comprensión de nuestro universo y de las leyes que lo gobiernan”, se lee en el artículo publicado.
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