Dama olímpica

Dama olímpica

El miércoles 8 de marzo de 1916 venía al mundo Jeanette Campbell, aguerrida deportista y eximia nadadora. Los Campbell vivían en Argentina, habían ido a pasar unas vacaciones a Europa, y la Guerra Mundial los dejó varados allí durante dos años. Por eso, Jeanette nació en San Juan de Luz, en la costa vasca, pero se nacionalizó criollaza. 

Regresó a la Argentina y comenzó a nadar a los 6 años, influida por su hermana Dorotea, otra eximia nadadora. Desde los 12 añitos cosechó sus primeros triunfos a nivel nacional. Ganó el campeonato argentino de los 100 metros libre en 1932: los nadó en 78 segundos, batiendo el récord sudamericano. 

Sus marcas le dieron la posibilidad de competir en el Campeonato Sudamericano de 1935, organizado en Río de Janeiro. Allí no sólo obtuvo la medalla de oro en los 100 metros con nuevo récord (1m08s0), sino que además triunfó en los 400 metros (también con récord) y en la posta 4×100.

Al año siguiente se embarcaría junto a la delegación argentina para participar de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, siendo la única dama de todo el equipo. Se preparó como siempre: solita y sin entrenador.  Y se animó a viajar rodeada de hombres durante tres semanas a las que calificó de “aburridísimas”. Entrenó como pudo sobre el barco y en el poco tiempo que estuvo en Berlín antes de competir se exigió al máximo.
En la primera serie, ganó con nuevo récord (1m06s8). En la segunda, hasta logró récord olímpico (1m06s6). En la carrera final comenzó liderando, pero la holandesa Hendrika Mastenbroek tuvo una notable arremetida final y se quedó con el triunfo por tan solo cinco centésimas de segundo. 

Siguió compitiendo con el deseo de tener revancha en 1940, pero nuevamente el conflicto humano arremetió: los Juegos se suspendieron por la Segunda Guerra Mundial.

Se casó con Roberto Peper, otro nadador olímpico, y tuvieron tres hijos: Roberto, Inés y Susana, otra destacada nadadora que le permitiría viajar a Tokio para los Olimpíadas de 1964, donde Jeanette fue la abanderada olímpica argentina, mientras su hija la acompañaba como parte de la delegación que iba a competir.​ Así lo recordaba: “Aquello fue sensacional. Entrar con la bandera argentina sabiendo que mi hija estaba detrás, en el grupo, fue algo fuera de serie, uno de los mejores recuerdos de mi vida”.

Jeanette fue la primera atleta argentina en participar en los Juegos Olímpicos. Se volvió de Alemania con la medalla de plata, y el reconocimiento de todo el mundo por su tesón y simpatía. Un modo muy concreto de celebrar esta fecha. 

Como dato adicional, nuestra nadadora fue una dama hiperdiscreta y muy gauchita. Por eso en Berlín fue elegida como “Reina” de la simpatía. Tampoco imaginaba que una calle de la Villa Olímpica porteña y la pileta del Cenard llevaran su nombre como reconocimiento de su trayectoria y legado. Jeanette Campbell fue nieta de Mary Gorman, una de las maestras norteamericanas que viniera gracias a la iniciativa sarmientina, pero esa, es otra historia …

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