Las lluvias invernales en el desierto del Norte Chico de Chile provocan un espectáculo de colores en un escenario de gran hermosura.
Ocurre en lo que en Chile se conoce como el Norte Chico. No es estrictamente el desierto de Atacama, pero sí las zonas desérticas a partir de la III Región, que lleva el mismo nombre. La escasez de lluvias hace que las semillas se conserven en el terreno para estallar en una belleza de colores cuando se verifican precipitaciones invernales. Entre fines de agosto y hasta septiembre el desierto florece y aparecen grandes “manchas” color fucsia, amarillas, blancas, violetas en medio de un inédito verdor que envuelve el llano y los cerros, por lo general color arena o café.
Todo redunda en un espectáculo maravilloso de vida que atrae a visitantes, tanto chilenos como extranjeros.
