Un virus que afecta no solo a la salud.
Los datos difundidos el martes 22 de septiembre por el Indec confirman que la Argentina lleva nueve trimestres consecutivos sin crecimiento del Producto Interior Bruto en términos interanuales.
Estamos en una recesión que hubo de comenzar allá por abril de 2018. La magnitud del derrumbe económico entre abril y junio de 2020 marcó un pico: para ubicar un trimestre con caídas de este tenor, hay que remontarse en los registros estadísticos hasta 1981.
El Indec dio a conocer que la caída del Producto Interior Bruto (PIB) superó el 19% interanual en el segundo trimestre del año, un nivel de contracción inédito que revela los efectos de la pandemia de Covid-19 sobre la ya golpeada economía argentina. Dejando atrás la histórica baja del 16,3% del primer trimestre de 2002, en el punto crítico de la crisis de diciembre de 2001.
El saldo de este segundo trimestre refleja el impacto de las medidas de aislamiento social impuestas por el Gobierno de Alberto Fernández desde el 20 de marzo para hacer frente a la emergencia sanitaria del coronavirus. El ASPyO tuvo un aislamiento en todo sentido, alcanzando la paralización casi total de buena parte de la economía.
¿Crisis? (What Crisis?)
La recesión no es nueva en Argentina (lamentablemente). En 2018, se registró una caída del PIB del 2,5% y en 2019 fue del 2,2%. Para 2020, el Gobierno proyecta una caída que rondará el 12%.
Según el proyecto de presupuesto 2021 enviado recientemente al Congreso, la economía se recuperaría un 5,5% el próximo año y crecería un 4,5% en 2022 y un 3,5% en 2023.
