Un repaso de las diferentes medidas adoptados por distintos gobiernos argentinos desde la década del ’70.
El gobierno acaba de implementar un nuevo plan de control de precios con un objetivo de corto plazo de controlar la inflación ante la eminencia de las próximas elecciones.
Muchas veces a lo largo de la historia argentina se han aplicado distintos mecanismos de control de precios. Estos mecanismos de control de precio están habilitados por leyes nacionales como la Ley de Abastecimiento que permite la fijación de precio máximo y precio mínimo. Así en los ´70, se intentó controlar los precios por medio de un congelamiento, siendo los resultados desastrosos, dado el gran desequilibrio macroeconómico de las cuentas públicas. Luego en el ‘82 aparecen de nuevo los controles con el objetivo de resguardar los salarios controlando 675 productos.
Más recientemente, en la época la democracia, con el gobierno de Alfonsín, y su ministro de Economía, Bernardo Grinspun, anunciaron un nuevo sistema de regulación de precios. Este plan estableció márgenes máximos en la comercialización de alimentos. En el caso de los mayoristas, el margen no podía exceder el 20%, mientras que en los minoristas, el tope era del 40%. Los aumentos debían ser aprobados por la Secretaría de Comercio, que publicaba las listas con los precios indicados para los productos de la canasta básica familiar[1].
Luego del fracaso inicial y con el lanzamiento del Plan Austral se acompañó las medidas con un control de precios máximos a una gran cantidad de productos que, con el apoyo de la población, logró contener la inflación por nueve meses hasta que el Plan Primavera estableció un nuevo acuerdo de precios.
Al inicio de la presidencia Carlos Menem se congelaban por 90 días los precios de 300 productos de empresas líderes y se publicaba una lista orientativa de precios máximos de 30 productos hasta que su Ministro Herman González decretó en diciembre de 1990 la liberalización de los precios.
En el gobierno kirchnerista nos encontramos con dos estrategias diferentes de control de precios. La primera fue la que llevó el secretario de comercio Guillermo Moreno y la segunda, con el lanzamiento de Precios Cuidados. Moreno buscó el control de la totalidad de los productos alimenticios, bebidas y limpieza por parte de la Secretaria de Comercio, a partir de la negociación con empresas de listas de precios con un intento de disminuir la pobreza y la indigencia. Lo novedoso es que habilitaba distintas suba de precios, en tres niveles: al 2% a los más populares, al 4% y el 6% para los líderes y premium. Esta política más que controlar la inflación, fue atenuando las subas en un contexto donde el Gobierno decretaba subas salariales y negociaciones sindicales por salarios de manera anual, y haciendo que en las distintas categorías de productos se apreciara una ampliación de la banda de precios (entre los más económicos y más caros) y de variedad de alternativas de marcas. Este sistema ideado por Moreno obligaba a las empresas a enviar las listas de precios, negociar cupos de entrega de productos por cada nivel de precios, obligando a no desabastecer de marcas populares o económicas.
Con la Gestión de Augusto Costa se produjo el nacimiento de Precios Cuidados en el último tramo de la gestión. Comandada por el nuevo secretario de Comercio, se implementó este sistema en el que ya no se controlaban todos los productos a través del precio sino una serie de 500-600 productos, aquellos que generan la imagen de precio y que abarcan a todas las categorías. Este sistema que reemplazó al de Moreno tuvo la particularidad de que al fijar un producto o una línea de producto dentro de una categoría y un precio determinado queda casi automáticamente definido el resto de los productos, pues generalmente tienen una relación en función de la competencia -establecida en términos de precio y calidad-, lo que permite que controlando solamente una serie de ítems o de variedad de productos se termina controlando todo el resto de los precios, acomodándose en relación al producto del Precio Cuidado.
Este mecanismo funciona básicamente porque los precios se fijan en relación a la competencia en función de la percepción de precio-calidad que tienen los consumidores. Y tiene la bondad que, en vez de controlar todos los productos -entre 40.000 o 50.000 que son los que encontramos en los súper o hípermercados- basta centrarse en los 500 o 600 productos estratégicos. Además, se completó con la implementación de una identificación en la góndola que decía “Precio Cuidado”, de modo que era de fácil identificación para el consumidor, siendo un punto de referencia que permitía decidir si llevar el Precio Cuidado o saber si su marca de preferencia u otras marcas alternativas estaban más caras o más baratas.
La gestión actual del gobierno de Mauricio Macri intentó continuar este programa al inicio de su gestión, pero en el último tiempo, por la alta inflación lo han continuado pero con menos productos. Esta semana hemos visto lanzar un programa de “Precios Esenciales” limitado solamente a 60 productos de la canasta básica y por 6 meses frente a la abrupta suba de la inflación de los últimos meses, que a superado el 4% mensual. Este programa es un paliativo para los sectores asalariados de menores recursos.
El éxito de este programa dependerá, y así surge de las condiciones firmadas con las cámaras empresariales, en la medida en que se logre estabilizar el dólar y las variables económicas. Solo así se garantizará el abastecimiento de estos productos que se estima que recién para fines de mes o principios del siguiente estarían disponibles en las góndolas de los supermercados.
También el éxito del programa dependerá del comportamiento de los consumidores y del apoyo de la población. Sin embargo, se está diciendo que el alcance al menos de manera inicial sería en algunas cadenas de supermercados e hipermercados de los más grandes del país que han adherido a este programa voluntario. Por otra parte, el Gobierno modificó por decreto la ley de lealtad comercial a los efectos de restablecer una serie de sanciones ante incumplimientos en la cadena comercial, desabastecimiento, abuso de posición dominante, otras cuestiones de deslealtad comercial facultando al Ejecutivo para poner fuertes multas con un máximo de 200 millones de pesos.
El mismo Gobierno sostiene que el programa no tiene como objetivo el control de la inflación sino que es un mecanismo para apoyar a esta transición económica, pues la medidas que el Gobierno cree van doblegar la inflación son las monetarias y cambiarias que está llevando a cabo el Banco Central de la República Argentina.
Respecto del control de la inflación podemos decir que el Gobierno se rectifica, pues hasta hace poco solo consideraba a la inflación como un problema monetario. Ahora está reconociendo que también hay un problema de concentración de cadenas y de abusos de los formadores de precios, sumado a que la inflación de costos es ocasionada entre otras cuestiones por haber dolarizado las tarifas de los servicios públicos y de los combustibles, que están generando mes a mes mayor presión en la suba de precios.
[1] https://www.lanacion.com.ar/economia/el-control-de-precios-en-la-argentina-una-historia-repetida-nid1552317