No se deberá discutir un documento y se espera sentar bases de una decidida acción de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Comenzó hoy en Madrid la cumbre climática organizada por la ONU, COP25, que inicialmente debió realizarse en Chile. La crisis social estallada en el país sudamericano ha motivado que a último momento España ofreciera ser sede del evento, aunque Chile mantuvo la presidencia. En su momento, se la previó una cumbre “de transición” pero la conferencia ha cobrado una especial relevancia para la comunidad internacional por coincidir con el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de iniciar el proceso para salir del Acuerdo de París.
Chile y España esperan que esta conferencia abra “un nuevo ciclo” en la acción climática mundial, una fase en la que se impliquen no solo los negociadores de las delegaciones que representan a los gobiernos centrales, sino también los ayuntamientos, las regiones y los agentes económicos y sociales.
La cumbre, que se prolongará hasta el próximo día 13, concluirá sólo dos semanas antes de que entre en vigor el Acuerdo de París y de que comience un año decisivo en el escenario internacional, en el que los países deben presentar compromisos más ambiciosos para reducir sus emisiones de dióxido de carbono.
Los publicados en los días previos a la cumbre alertan de que los niveles de concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero han alcanzado máximos históricos, y que sería necesario multiplicar -hasta por cinco- los esfuerzos para reducir esas emisiones y evitar los impactos más catastróficos del cambio climático.
Tras la aprobación del Acuerdo de París (2015) y del Libro de Reglas que lo desarrolla (el pasado año en Polonia) la cita de Madrid no tiene que alumbrar ningún documento determinante para la negociación internacional, pero sí sentar las bases para que el próximo año todos los países cumplan con lo que se comprometieron en París y aumenten su ambición para responder a las indicaciones de la ciencia.
Durante las próximas dos semanas pasarán por la cumbre del clima numerosos jefes de Estado o de Gobierno, entre ellos 15 primeros ministros europeos, los presidentes de Argentina y Ecuador, Mauricio Macri y Lenin Moreno, el primer ministro de Marruecos, Nasser Bourita, y los máximos responsables de numerosas instituciones y organismos internacionales.
Estados Unidos contará con una importante delegación oficial que defenderá las tesis del Gobierno federal (abandonar el Acuerdo de París no implica estar fuera de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático), pero a la cumbre acude además una importante delegación de congresistas y senadores, encabezada por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nanci Pelosi.
La cumbre atrae además a destacados líderes sociales, entre ellos el ex vicepresidente estadounidense y Nobel de la Paz (2007) Al Gore o a la activista sueca Greta Thunberg.