Desde el 13 de diciembre la principal banda criminal del país ha dejado de continuar las hostilidades. Se busca una solución legal que asegure la paz.
Es la banda armada más consistente del país, dedicada al narcotráfico, la minería ilegal, las extorsiones, y se opone a la guerrilla del ELN. El Clan del Golfo cuenta con unos 3 mil miembros, entre militantes armados y colaboradores. Luego de recibir duros golpes, desde septiembre, el clan busca poner fin al enfrentamiento. La decisión ha sido motivada por el cambio de carátula del grupo por parte de las autoridades de seguridad. En lugar de ser considerado como organización criminal, por tanto, combatido por la policía nacional, el Clan ha sido catalogado como grupo armado organizado, confiando la lucha a las Fuerzas Armadas. Desde entonces, la estrategia ha permitido actuar con energía provocando la pérdida de unos 1.500 miembros y la muerte de sus principales líderes.
El Clan del Golfo sabe que no puede sumarse a un proceso de paz, como el que se realizó con las FARC o como el que se lleva a cabo con el ELN. Desde el Gobierno se ha aclarado que son delincuentes y no podrán contar con ser considerados insurgentes. El camino legal indicado por el presidente Juan Manuel Santos es el de la colaboración con la justicia, indicando colaboradores, rutas del narcotráfico, funcionarios públicos que han cooperado con ellos, podrán reducir la pena a unos cinco años. Otra precondición para avanzar hacia un acuerdo era precisamente la de un alto al fuego.
Es en este marco que el clan anunció el miércoles un cese al fuego unilateral sin fecha final definida. “A partir de esta Navidad, en donde los corazones se llenan de esperanza por un país mejor, los colombianos merecemos la oportunidad por primera vez en la historia, a vivir en adelante sin la zozobra del conflicto armado. Por esta razón, declaramos un cese unilateral de acciones militares ofensivas en todo el territorio nacional a partir del trece (13) de diciembre del presente año”, se lee en el comunicado firmado por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), uno de los nombres con los que se autodenomina esta organización.
Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, líder del Clan del Golfo, es consciente de su restringido margen de acción. “A pesar de que en el momento no existe un marco normativo para el acogimiento colectivo de las AGC, continuamos comprometidos con los esfuerzos que nos permitan contribuir con una paz integral, total y duradera con el compromiso de no repetición para el país, como lo expresamos en la visita del papa Francisco”, dice en el comunicado.
La referencia a la visita del Papa a Colombia, realizada en septiembre, indica que Bergoglio ha dado un impulso a un proceso de cambio en Colombia que, con aciertos y errores, avanza reduciendo el nivel de violencia en un país opacado por décadas por los enfrentamientos armados.