La crisis económica norteamericana de 1929, sumada all auge de la cadena de montaje y al uso de la tecnología, fueron las premisas que alimentaron la idea central de “Tiempos modernos”, en la que el protagonista es el personaje de Charlot, el vagabundo. El miércoles 5 de febrero de 1936, la obra dirigida y protagonizada por Charlie Chaplin se proyectó por primera vez en el Teatro Rivoli de Nueva York.
La película describe, en clave cómica, las alienaciones de la modernidad y el conflicto entre el hombre y la máquina. Es el retrato de un mundo cambiante y refleja algunas de las angustias de nuestro propio tiempo, sacudido por los profundos cambios provocados por la pandemia. Hoy, al igual que por aquel entonces, también se producen rápidos cambios relacionados con el mundo de la producción y del trabajo.
La película gira en torno a las aventuras de un pobre trabajador, interpretado por Charles Chaplin, empleado en una empresa. Su trabajo consiste en apretar tornillos: repite este gesto de forma mecánica y continua. El fuerte estrés le lleva a perder la cabeza y a manipular la maquinaria de la fábrica. Entonces es ingresado en una clínica para ser rehabilitado. Una vez dado de alta, acaba encabezando accidentalmente una procesión de manifestantes y es detenido. En la cárcel, por casualidad, frustra una revuelta de presos y consigue su libertad. Finalmente se hace amigo de una joven huérfana. Juntos huyen de la ciudad para encontrar algo de paz en otro lugar.
Las modernas “cadenas de montaje”
Las clásicas cadenas de montaje, representadas en la película “Tiempos modernos”, en esencia ya no existen hoy en día. Sin embargo, hay algunas categorías que siguen experimentando la repetición de ciertos tipos de trabajo. Es el caso de los repartidores que entregan paquetes o comida cada día. Una actividad que se ha disparado, aún más, durante la pandemia y que ha replanteado el tema de los derechos de estos trabajadores. Alessandro Guarasci conoció a uno de ellos. Se trata de Antonello Badessi, que forma parte de la asociación Union Riders Roma. El trabajo de los repartidores – subraya Badessi – es repetitivo. “Tiempos modernos” es la fotografía de una época, y se adelantó a su tiempo. Ahora estamos aún más adelantados. Si estuviera mejor organizado y menos globalizado, el trabajo de los repartidores -recuerda Badessi- podría tener un rostro más humano.
Chaplin
En su Autobiografía (1964), asoma la mirada de Chaplin sobre su madre, a quien no solo quería, sino que admiraba por su tesón: “Me acuerdo de una tarde en nuestra única habitación de la calle londinese de Oakley Street. Yo estaba en cama con mucha fiebre. Mi madre y yo estábamos solos. Ya casi anochecía, y ella, sentada, leía de espaldas a la ventana, representando y explicando en su estilo inimitable el Nuevo Testamento, el amor y la piedad de Cristo por los niños. Tal vez su emoción se debía a mi enfermedad, pero hizo la interpretación de Cristo más luminosa e impresionante que jamás he visto u oído. Habló de su tolerante comprensión, de la mujer que había pecado, que iba a ser lapidada por el populacho, y de sus palabras: «El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra». Leía sumida en el crepúsculo y solo se interrumpía para encender la lámpara. Luego me habló de la fe que Jesucristo inspiraba a los enfermos, quienes no tenían más que tocar sus vestiduras para sanar. Me habló del odio y de la envidia de los sumos sacerdotes y de los fariseos, y describió a Jesús y su prendimiento; su serena dignidad ante Poncio Pilato, quien, lavándose las manos, dijo (esto lo representaba ella teatralmente): «No encuentro culpa alguna en este hombre». Me contó cómo lo desnudaron y lo azotaron y cómo, colocando una corona de espinas en su cabeza, se burlaron de él y le escupieron, diciendo: «¡Salve, Rey de los Judíos!». Mientras lo contaba se le llenaban los ojos de lágrimas. Me dijo que Simón le ayudó a llevar la cruz y que Cristo le dirigió una elocuente mirada de gratitud; me habló del ladrón arrepentido, que murió con él en una cruz pidiendo perdón, y que Jesús dijo: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Desde la cruz miraba a su madre, diciendo: «Mujer, mira a tu hijo», y exclamaba en su agonía: «¡Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». Los dos llorábamos.
«¿No ves —dijo mi madre— qué humano era? Como todos nosotros, él también dudó.»
Tanto me impresionó mi madre, que yo quería morir aquella misma noche para reunirme con Jesús. Pero ella no era tan entusiasta. «Jesús quiere primero que vivas y cumplas aquí tu destino», me dijo”.
https://books.google.com.ar/books?id=Uu0tBAAAQBAJ&lpg=PP1&pg=PP1#v=onepage&q&f=false
Nacido en 1889 en los suburbios de Londres, dio sus primeros pasos en el cine en 1914. En esa época nació su personaje más famoso: Charlot, el Vagabundo, que se convirtió en el protagonista de muchos cortometrajes y películas, incluyendo, en 1936, “Tiempos modernos”.
El periodista Rosario Tronnolone, subraya cómo “la extraordinaria modernidad de esta película, que todavía hoy pegaría a los espectadores a sus asientos, es asombrosa”. En el personaje del vagabundo “emerge una humanidad extraordinaria, un hombre débil que, sin embargo, tiene una poesía en él, no sólo ligada a la musicalidad de la escena, sino a la pureza y la bondad que muestra. Yo lo definiría -afirma- como una nobleza”. Para Chaplin, el cine era “un lenguaje de imágenes”. No necesitaba el sonido, salvo como momento de extrañamiento, de algo que no es humano. Incluso la voz del maestro, que en la película habla a través de la pantalla, tiene un sentido en cierto modo demoníaco, no humano”.
Sobre la figura de Charlot, Eusebio Ciccotti escribe en Avvenire: “Chaplin, con la creación del personaje del vagabundo, el tierno vagabundo, el tímido marginado, dio vida a una figura original: pobre, solitario, dispuesto a amar al prójimo, incluidos los animales callejeros”. La vida del actor también estuvo marcada por gestos generosos. En 1954, por ejemplo, donó dos millones de francos al Abbé Pierre, fundador de la Comunidad Emaús, para los pobres de París. Era el dinero de un premio recibido por Charlie Chaplin durante ese año. “No los regalo, sino que los devuelvo. Son del vagabundo que fui”.
No hay tiempo que perder. Invitamos a rever el film, y a participar del cine debate del sábado 13 de noviembre de 2021, a partir de las 19:30, hora argentina sobre Tiempos Modernos. Será un modo de enfrentar la jornada de los comicios, con una sonrisa para ir a votar, a presidir, o fiscalizar una mesa de votación. Sea!
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¿Cómo podría ver esta película?