El Proyecto Copiapó utilizará torres de concentración con almacenamiento térmico de sal fundida, con una potencia de 260 MW.
Chile cerró 2017 con más inversiones en energía renovable: un subterráneo con energía solar, semáforos eco amigables, basureros sostenibles y la primera planta geotérmica de América del Sur. Ahora avanza por una enorme inversión solar a gran escala.
Una inversión cercana a los 2 mil millones de dólares podría convertir el país en la sede de la planta de almacenamiento solar más grande del mundo cuya construcción está a cargo de SolarReserve. Se trata del Proyecto Copiapó Solar, programado para comenzar su operación comercial en el 2019, el que entregará a los consumidores del Sistema Interconectado Central (SIC) 260 megawatts (MW) de potencia en carga de base confiable, limpia, continua y no intermitente las 24 horas al día. La tecnología del proyecto está basada en la del exitoso proyecto Crescent Dunes de SolarReserve en los Estados Unido, cuya construcción ya está en marcha.
Para la construcción de la megaplanta Copiapó Solar, ubicada en la Región norteña de Atacama, la empresa ha colaborado con las partes interesadas y las comunidades locales para que el impacto en el medioambiente sea el mínimo y se respete el marco legal. Este proceso incluye una selección cuidadosa de los sitios, sistemas para minimizar el uso del agua, y extensos estudios ambientales antes de comenzar con la construcción. Notoriamente, en las regiones del norte de Chile el agua es un recurso escaso.
La tecnología de almacenamiento de energía solar es una alternativa viable y competitiva a la generación de energía a base de combustibles fósiles. El proyecto de Copiapó incorpora la tecnología de vanguardia en el sector de SolarReserve de torres de concentración con almacenamiento térmico de energía en sal fundida en conjunto con paneles solares fotovoltaicos (PV). Este concepto híbrido maximizará la producción de las instalaciones, entregando más de 1.800 gigawatts hora (GWh) anualmente, además de un precio de energía altamente competitivo. Podrá producir hasta 260 MWs de suministro firme de energía en carga de base, algo crítico para el sector industrial chileno, especialmente para las empresas mineras; y operará con un factor de capacidad y porcentaje de disponibilidad igual a los de una central alimentada con carbón. Ninguna otra tecnología comprobada de energía renovable es capaz de entregar este tipo de solución tan competitivo en cuanto a costos.