La presidenta Michelle Bachelet envía al Congreso un proyecto de ley que habilitará el mecanismo para dotarse de una nueva carta magna.
Chile avanza hacia la reforma de su Constitución nacional. Ayer la presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que, en el día de hoy, ingresará en el Congreso. El proyecto encara la tarea básica de reformar el Capítulo XV de la actual carta magna, el que posibilita instrumentar el proceso.
“No vamos a fallarle a Chile, ni a nuestra democracia ni a nuestra historia”, fueron las palabras de la mandataria durante el breve acto en el que puso su firma al proyecto. El debate se centra ahora sobre el mecanismo más oportuno para avanzar en el proceso de reforma y que deberán fijar los actuales legisladores.
El proyecto de ley prevé la convocatoria de una Convención Constitucional para la elaboración de una nueva Constitución, 60 días después de reformar primero el capítulo XV, a través de una ley orgánica constitucional que definirá la conformación y la labor de los convencionales.
“La forma y composición que tome la Convención Constitucional no está cerrada a ninguna alternativa. Esto es parte central del debate que debe iniciar el Congreso con este proyecto de ley”, aludiendo a la forma que tendrá la Convención, cuya integración podrá prever un número importante de ciudadanos y expertos, asumir la forma de una asamblea constituyente, como varios líderes políticos han solicitado o limitarse a la presencia de los legisladores. En una minuta entregada por la presidencia de la república se explicita que dicha ley orgánica regulará la convocatoria a dicha convención, “la forma de integración, el sistema de nombramiento y elección de sus integrantes, su organización, sus funciones y atribuciones, como también los mecanismos de participación ciudadana”.
La ley orgánica constitucional que regirá todos estos detalles y deberá ser aprobada por los 3/5 de los senadores y diputados, es decir, un quórum calificado aunque no demasiado elevado.
Otro aspecto incluido en el proyecto es que una vez que la convención apruebe el proyecto de nueva Constitución, el gobierno agregará una disposición transitoria que permitirá al Presidente convocar a un plebiscito para aprobar por mayoría absoluta la nueva Carta Magna, proceso eleccionario que será obligatorio.
Bachelet agregó que “con esta propuesta, viable dentro del actual marco institucional, estamos siendo consistentes con la existencia de un carácter democrático, institucional y participativo de cada etapa del proceso”.
El respaldo necesario para aprobar el mecanismo, 2/3, hace que sea necesario un amplio consenso entre los partidos para avanzar en el proceso, lo que garantiza que sea fruto de una gran convergencia de voluntades políticas.
La Constitución de Chile, es uno de los nudos políticos del país. Aplicada desde 1980, en plena dictadura, el texto refleja la visión del régimen en muchos aspectos y dinámicas institucionales y políticas. Si bien reformada en algunos puntos, durante la década de los ’90, al regreso de la democracia, sigue reflejado una visión del país que no es compartida por la gran mayoría del espectro político y social.
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