“Alégrense siempre en el Señor” (Filipenses 4, 4)

“Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley”. (Gálatas 5, 18)

“Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos.” (Santiago 1, 21)

“Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad”. (Jeremías 31, 3)

“Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad”. (2 Corintios 12, 9)

"Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios." (Mateo 5, 9)

“El fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia.” (Gálatas 5, 22)

“Les aseguro que el que cree, tiene vida eterna”. (Juan 6, 47)