Según un estudio de la Universidad Católica Argentina.
El estudio “(In)equidades en el ejercicio de los derechos de niñas y niños. Derechos humanos y sociales en el período 2010-2017”, evalúa las múltiples dimensiones del desarrollo infantil, y detalla aspectos del espacio público tales como oportunidades en educación, salud, hábitat, entre otros.
La pobreza alcanza al 48,1% de los niños en la Argentina. Un 17,6% tiene déficit en sus comidas y un 8,5% pasó hambre durante 2017, según el último informe de Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la UCA. La asistencia a comedores infantiles no para de aumentar.
Las cifras, que son de finales del año pasado, podrían acrecentarse en un contexto como el actual con devaluación, inflación, shock tarifario y caída del salario real.
El último índice de pobreza del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) marcó 25,7% en el segundo semestre del año pasado y se espera que regrese al 29% a fin de año.
El trabajo realizado en base a encuestas a más de 5.700 personas de conglomerados de 80.000 habitantes, relevó datos sobre alimentación, salud, hábitat, subsistencia, crianza y socialización, información, educación y trabajo infantil.
La medición del ODSA-UCA revela que en 2017 hubo un 48,1% de niños, niñas y adolescentes pobres y en el interior de ese grupo se estima a un 10,2% en situación de indigencia. En cuanto a la distribución geográfica, en el Conurbano Bonaerense mostró el mayor índice ya que la pobreza alcanza al 54,2% de los niños.
Ligado a este fenómeno se observa un déficit alimentario de 17,6% (chicos que no comieron correctamente) y 8,5% en su nivel más grave, es decir hambre. Además se detectó que de ese universo de niños un 33,8% asiste a comedores escolares, siendo nuevamente el Gran Buenos Aires el espacio con mayor cobertura alimentaria directa con 37,7%.
Según los datos del último año el 9,2% de los niños en la Argentina pasó hambre. Una tendencia que se encamina a aumentar en los próximos meses, según adelantan otros especialistas.
El informe destaca que el 51,3% de la infancia y adolescencia reside en espacios barriales nocivos en términos de la contaminación ambiental. Otros números que preocupan son que la precariedad en la construcción de la vivienda afectó en 2017 a casi el 25% de la infancia, la situación de hacinamiento al 22,5%, y las carencias en el espacio del saneamiento al 46,2%.
En otro orden, el 52,7% de la infancia en la Argentina tiene como única opción para la atención de su salud el servicio público. Esta dependencia alcanza al 80,9% de los chicos en el estrato más bajo.
El 67% de los niños escolarizados en la educación primaria y secundaria asiste a escuelas de gestión pública. En cuanto a las carencias se detectó que el 48,9% de los niños en la escuela primaria carecen de ofertas en el espacio de las nuevas tecnologías y un estudiante de escuela estatal tiene 3,5 veces menos chances de acceder a esta oferta que pares en escuelas de gestión privada.
Mayores informes: www.uca.edu.ar/observatorio.
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