En vista de las elecciones de octubre, los secretarios de Estado tomaron distancia del presidente Temer, cuyo índice de aprobación es del 3%.
El Gobierno del presidente de Brasil, Michel Temer, terminará su corto mandato con un número récord de cambio de ministros. Desde que asumió, más de una docena de funcionarios lo han dejado. Algunos porque vinculados a los casos de corrupción, otros por razones políticas.
Tres secretarios de Estado han renunciado en el último mes, debido a la proximidad de la carrera electoral prevista para octubre de este año. La última renuncia ha sido la del ministro de Industria, Comercio Exterior y Servicios, Marcos Pereira, del Partido Republicano Brasileño (PRB), quien tiene intención de conseguir la banca de diputado.
Antes habían presentado sus renuncias, por la misma razón, el secretario de Gobierno, Antonio Imbassahy (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB), y el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira (Partido Laborista Brasileño, PTB).
Si bien los tres postulantes a diputado tendían tiempo hasta abril para desligarse del Ejecutivo, se adelantaron para despegarse de la imagen impopular de Temer, que goza de apenas un 3% de aprobación en las encuestas.
Las renuncias imponen una reforma en el gabinete, que Temer quiere mantener firme hasta el 31 de diciembre, fecha en la que concluirá su mandato.
Imbassahy fue reemplazado por el diputado Carlos Marun, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del propio Temer. Y ayer el Palacio del Planalto anunció que, después de varias idas y venidas, la joven diputada Cristiane Brasil, del PTB, asumirá la cartera de Trabajo. Todavía no fue indicado quién sucederá a Pereira, cuyo cargo es de gran importancia en la relación bilateral con la Argentina.
Antes de irse, Pereira informó que en 2017 Brasil logró su mayor superávit comercial desde 1989, con 67.000 millones de dólares a favor en su balanza comercial. En el aumento de las exportaciones, tuvieron un gran aporte las ventas a China y a la Argentina.