Hay muchas maneras de preparar las berenjenas, esta hortaliza que deberíamos valorar e utilizar más en nuestra cocina.
Hoy les presento una receta no particularmente compleja y muy atractiva para el paladar, por sus sabores proveniente de la cocina mediterránea.
Consigamos 4 o 5 berenjenas grandes (unos 800 gr.) y las preparamos previamente para nuestro plato cortándolas a la mitad y esparciendo sobre ellas un puñado de sal gruesa y dejándola en un escurridor durante unos 20-30 minutos para que se les vaya el amargo.
Mientras tanto en una cacerola saltear un ajo cortado en mitades en un par de cucharadas de aceite, cuando se ponga rubio, retirar el ajo y agregar 800 ml de puré de tomates (o tres latas de tomates pelados o tomates cortados en cubitos), con varias hojas de albahaca usando fuego moderado, durante unos 25 minutos. En lugar del ajo se puede utilizar media cebolla chica picada. Es una cuestión de gusto particular.
Cortar longitudinalmente las berenjenas en fetas más bien sutiles (medio centímetro de espesor). Luego se pueden freír en abundante aceite. Dejarlas en papel absorbente a medida que las van preparando. Una vez listas el procedimiento es simple: se alterna en la fuente un poco de salsa de tomates, se cubre el fondo con las berenjenas, y se agrega queso muzzarella (puede ser un queso cremoso cortado en pedazos, calculen unos 120 gr de queso por capa), agregar un par de hojas de albahaca, espolvorear con queso rallado y repetir la operación. Lo bueno sería alcanzar tres capas de berenjenas. Al final cubrir nuevamente con salsa de tomates y espolvorear con queso rallado.
Llevar al horno bien caliente durante aproximadamente 30 minutos. Cuando se habrá gratinado la superficie el plato estará listo (de todos modos, verifiquen).
Es un plato que podrán disfrutarlo una vez que esté más bien tibio. Así que conviene dejarlo enfriar durante 3 o 4 horas. Lo mejor, es comerlo al día siguiente apenas recalentado.
Si se quiere evitar la fritura de las berenjenas, para que el plato no sea demasiado pesado, se puede usar el siguiente método: pasar las fetas cortadas por una sartén de teflón bien caliente, sin aceite, para que se ablanden un poco, durante no demasiado tiempo. Verán que cambian de color y que ese golpe de calor será suficiente. Cuiden de mantener limpia la sartén con papel absorbente.
Como se darán cuenta, no es un plato liviano, incluso podría ser un plato fuerte acompañado por alguna ensalada. Podría en todo caso acompañar un plato de carne blanca no demasiado elaborado.
Una variante de este plato consiste en utilizar, en lugar de las berenjenas, los zucchini (zapallitos largos o zapallitos italianos, como le dicen en otros países). No habrá necesidad de seguir el procedimiento inicial de quitar el amargo, pero el resto de la receta se aplica igual.
En una próxima entrega haremos al revés. Les presentaremos una receta de zucchini, que también se puede preparar con berenjenas.