Esta fecha se la debemos a la (sana) tozudez de Ben Molar, inolvidable productor artístico que impulsó la instauración del ‘Día Nacional del Tango’. Gracias a Ben, cada 11 de diciembre, evocando el natalicio de dos creadores de fuste como Carlos Gardel y Julio De Caro, celebramos el noble género del 2×4.
Esta “loca idea” nació una noche de 1965. Ben Molar estaba parado en Corrientes y Esmeralda, la esquina tango, cuando iba rumbo al cumple de Julio De Caro. Allí se le encendió la lamparita a este productor avispado: asoció la fecha de nacimiento de De Caro con la de Carlos Gardel. Como quien no quiere la cosa, avizoró que además de ser representantes de dos grandes vertientes del gotan, eran dos grandes creadores nacionales.
Ni lerdo, ni perzoso, presentó la propuesta al Secretario de Cultura de Buenos Aires, Ricardo T. Freixá, quien le pidió la conformidad de las entidades artísticas. Molar consiguió la conformidad de Sadaic, Argentores, Sade, la Casa del Teatro, el Sindicato Argentino de Músicos, la Unión Argentina de Artistas de Variedades, y la Academia Porteña del Lunfardo, entre otras.
Once años más tarde, después de mucho recorrer y de observar cómo sus pedidos quedaban en cajones oficiales, amenazó (cordialmente) con hacer una gran movilización radial, televisiva y gráfica anunciando la organización de un festival monstruoso en el Luna Park en apoyo del ‘Día del Tango’. Y le pidió a Tito Lectoure el Luna Park para el 11 de diciembre.
A las dos horas del ultimátum se produjo el milagro: la promulgación del decreto anhelado durante tantos años. Así, el 29 de noviembre de 1977 Ben Molar recibió la noticia de que había sido firmado el Decreto Nº 5830/77 de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
El 11 de diciembre el festival se realizó ccon la presencia de grandes músicos, orquestas, cantantes, locutores, periodistas y personalidades vinculadas con el tango. Aquella noche, Julio De Caro recibió muy emocionado en el escenario el aplauso de unas 15 mil personas que cantaron su cumpleaños.
Eso celebramos este 11 de diciembre. Cortes, quebradas, milongas y poesías hechas canción. He allí (parte d)el espíritu del gotan. Repensar la vida, la realidad, el amor, la alegría, encuentros y desencuentros y volcarlos en canción.
Pensad en el estilo de Horacio Molina, y sus bellisimas interpretaciones.
En Ofidio Dellasoppa y sus desopilantes letras e interpretaciones:
¡Por eso, feliz día del tango!
Nos despedimos con un fragmento de Don Mario Trejo, en un tema que musicalizó otro gran tanguero, a quien no vamos a nombrar, y lo dejamos como intríngulis, pa’ la neurona ejercitar:
Vuelven los pájaros nocturnos
que vuelan ciegos sobre el mar,
la noche entera es un espejo
que me devuelve tu soledad.
Soy sólo un pájaro perdido
que vuelve desde el más allá
a confundirse con un cielo
que nunca más podré recuperar…