El socio menor de la coalición de gobierno, el ultraderechista Heinz-Christian Strache, fue filmado acordando facilitar negocios y aceptando fondos ilegales.
El socio de la coalición conservadora que gobernaba el país, el líder de la ultraderecha Heinz-Christian Strache, acaba de abrir una crisis que conducirá a nuevas elecciones. Este fin de semana, dos medios alemanes publicaron un video de 2017, previo a los comicios electorales, en el que Strache cayó en una trampa al recibir la supuesta sobrina de un millonario ruso con la que, varias copas mediante, acuerda facilitar los negocios de su padre amañando licitaciones públicas y acepta una financiación ilegal de su partido por vía de donaciones a una asociación y pacta la adquisición de un medio de prensa para sostener su agrupación, la FPÖ.
La reunión, una fiesta con gran profusión de alcohol, se realizó en una casa en la localidad española de Ibiza, en la que micrófonos y videocámaras pudieron documentar con claridad la conversación.
Al adquirir estado público el episodio, Strache ha tenido la decencia de renunciar de inmediato al cargo de vice jefe de Gobierno, al liderazgo de su partido y ha sido excluido como socio de Gobierno por el canciller (primer ministro) Sebastian Kurz, líder del partido conservador demócrata cristiano ÖVP. Miles de personas se han manifestado en las calles protestando por el vergonzoso episodio y reclamando elecciones anticipadas a un año y medio de haber llegado al poder en el país. El presidente austríaco, Alexander Van der Bellen, acaba de convocar a nuevos comicios para septiembre de este año. “Esta no es Austria”, comentó el jefe de Estado refiriéndose al escándalo.
De poco le han servido a Strache los argumentos para reclamar que no hizo nada ilegal y que se trató de una trampa que alguien le tendió haciéndole creer haber entrado en contacto con un magnate ruso, por intermedio de una – a no dudarlo – bella sobrina. Que algún enemigo político le haya hecho una acertada zancadilla, no justifica su disponibilidad a la corrupción lo cual echa un nuevo cono de sombra sobre el discurso de este líder populista y xenófobo.
En su escalada política, Strache – con un pasado neonazi- ha utilizado un discurso racista e islamófobo pese a la solidaridad de los austríacos que abrió las puertas a los refugiados de Oriente Medio en los peores momentos del conflicto en Siria. Hábil en el discurso mediático, supo capitalizar temores y descontentos ciudadanos. Pero su consistencia real y su constitución moral se hace evidente en el video publicado, en el que dice lo que realmente piensa.
El escándalo ocurrió a una semana de las elecciones para la Unión Europea. Y mientras, en Milán, el derechista vice premier italiano Matteo Salvini, protagonizó un acto al que fueron invitados otros representantes de la derecha populista y xenófoba de Europa, entre ellos la francesa Marine Le Pen. Con mucha razón la jefa de Gobierno de Alemania, Angela Merkel, señala que contrariamente a lo que predica, la extrema derecha atenta a las raíces de la cultura europea.