Una cuestionada normativa pretende reconocer la ciudadanía a los inmigrantes irregulares, pero excluye a los musulmanes.
El servicio de telefonía e internet fue suspendido en varias zonas de Nueva Delhi por orden del Gobierno de la India, en medio de una escalada de protestas en contra de una polémica iniciativa legal que busca dar la ciudadanía a inmigrantes irregulares, pero excluye a los musulmanes. Los servicios de llamadas, mensajería e internet fueron interrumpidos en distintas áreas de la capital india hasta nuevo aviso por instrucción de las autoridades, confirmaron este jueves las compañías Airtel, Reliance Jio y Vodafone Idea que operan en la zona. “Estamos cumpliendo con las instrucciones recibidas por las autoridades del gobierno de suspender los servicios de voz, SMS (mensajería) y datos en ciertas áreas de Delhi. Una vez que se levanten las órdenes de suspensión, nuestros servicios estarán completamente en funcionamiento”, informó a los usuarios la oficina de atención al cliente de Airtel.
La compañía india no precisó el tiempo de la suspensión ni en cuántas áreas fue suspendido internet, mientras que un aviso similar fue publicado por Vodafone Idea, que informó también del bloqueo de los servicios a instancias del Gobierno. “Según la directiva recibida por el Gobierno, los servicios se suspenden en algunos lugares (Jamia, Saheen Bagh, Bawana, Seelampur, Jaffrabad, Mandi House y parte de la ciudad amurallada). Como resultado de esto, no podrá utilizar los servicios hasta después del mediodía local en estos lugares”, informó la compañía a un usuario en Twitter. La mayoría de los lugares en los que los servicios fueron suspendidos han sido epicentro durante más de una semana de intensas protestas y enfrentamientos con las autoridades. En algunas zonas de la capital como Mandi House o el histórico Fuerte Rojo había previstas esta jornada manifestaciones y despertaron con un fuerte dispositivo policial, mientras que en numerosas ciudades de la India como Bombay o Calcuta también se produjeron congregaciones multitudinarias.
Las protestas comenzaron el lunes de la semana pasada cuando el Gobierno del primer ministro, Narendra Modi, presentó en el Parlamento una enmienda a la ley de ciudadanía que permitiría regularizar a los inmigrantes procedentes de Afganistán,
Pakistán y Bangladesh llegados al país antes de 2014 y pertenecientes a las religiones hindú, sij, budista, jain, parsi y cristiana. La norma, aprobada en tres días por el órgano bicameral, provocó el rechazo de buena parte del país que la considera contraria al espíritu laico de la nación y discriminatoria hacia los musulmanes.
Las manifestaciones subieron de tono después de que el pasado fin de semana la policía entrara sin permiso en una universidad capitalina destinada principalmente a musulmanes y cargara duramente contra los estudiantes.
En los estados del noreste de la India, donde reina un fuerte sentimiento antiinmigrante sin importar la religión, también se han producido fuertes protestas que han ocasionado al menos cuatro muertos, y obligaron a las autoridades a imponer restricciones y sacar al Ejército a las calles.