El equipo del sur del Gran Buenos Aires empató sobre la hora ante Independiente del Valle, en Quito, y accedió a la Fase 3 de la Copa Libertadores.
La Copa Libertadores siempre regala emociones fuertes. En cualquiera de sus instancias. Hay una magia detrás del certamen más importante del continente que, edición tras edición, puede pintar de hazaña diferentes resultados. Y lo de anoche no fue la excepción.
Cuando aún se disputan las fases previas, para determinar cuáles serán los clubes que completarán los ocho grupos definitivos, el torneo ya ofreció una serie no apta para cardíacos. Banfield e Independiente del Valle habían igualado 1 a 1 en el sur del conurbano y en la altura de Quito se conocería quién accedería a la siguiente fase.
Cuando restaba menos de un minuto para que se cumpliera el tiempo reglamentario, los locales vencían 2 a 1 y Estrada desperdició un mano a mano frente al arquero Iván Arboleda, quien respondió de una manera brillante. En la jugada siguiente hubo córner para Banfield y luego de un rechazo del arquero, Mauricio Sperdutti, quien había ingresado minutos antes, selló la igualdad que, por el valor de los goles de visitante, decretó la clasificación del Taladro a la fase siguiente.
Ahora espera a su nuevo rival, que saldrá del choque entre Nacional de Uruguay y Chapecoense de Brasil. Pero la primera hazaña está consumada y la consiguió un equipo argentino.