Los sondeos asignan a la alianza opositora Azul y blanca 27 de las 120 bancas en juego y el oficialista Likud con 30.
A pocos días de las elecciones legislativas del próximo 9 de abril, la alternativa más probable al actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, es un popular ex general, Benny Ganz. Según los sondeos, la alianza de centro Azul y blanca (los colores de la bandera israelí) aspira a hacerse con 27 de las 120 bancas del parlamento nacional. Netanyahu, acosado por acusaciones de corrupción, y líder del partido derechista Likud, contaría en cambio con 30 posibles bancas. En la recta final de la campaña, el objetivo de Azul y blanca es superar en votos al Likud, eso puede permitir que Ganz reciba el encargo de formar un nuevo gobierno y en el Congreso los sectores del partido de Netanyahu descontentos con la gestión del primer ministro, puedan apoyar la alternancia.
Ganz es un ex teniente general que ha combatido en varias de las guerras que han empeñado a las fuerzas armadas del país. La última se llevó a cabo en la Franja de Gaza y cobró la vida de más de 2.200 palestinos – hecho que atrajo las críticas incluso del Vaticano por la desproporción de la fuerza utilizada para neutralizar a los milicianos palestinos de Hamas-.
No es el único ex militar que se vuelva a la política, junto con él otros dos ex generales son líderes en Azul y blanca, agrupación que ha ido creciendo en apoyos en el centro, pero también recibiendo apoyos de izquierdistas y derechistas descontentos. Si bien el programa de la coalición peca en precisión, los apoyos han crecido ante la perspectiva de terminar con la presencia de Netanyahu en el poder, algo que ocurre desde 2009. El principal activo de Gantz es ofrecer un mensaje de unidad a una sociedad polarizada: un reencuentro de los israelíes tras una década de fractura entre religiosos y laicos; entre partidarios y detractores del proceso de paz con los palestinos. Entre los puntos fuertes aparece la voluntad de reanudar las negociaciones para acordar una “separación” con los palestinos. “No me avergüenza pronunciar la palabra paz”, afirma el ex general en sus actos públicos, aunque evita cuidadosamente pronunciarse sobre la solución de los dos Estados.
El opositor de Netanyahu es hijo de inmigrantes huidos del este de Europa —su madre estuvo detenida en un campo de concentración nazi—, se alistó en 1977 en el cuerpo de élite de paracaidistas y permaneció en activo en las Fuerzas Armadas hasta 2015. El martes se sabrá si Israel opta por un cambio y si este líder de ojos claros y 1,95 metros de estatura podrá ser el nuevo premier del país. Por el momento lo único seguro es un virtual empate técnico.