Entretejernos para responder a un gran desafío

Entretejernos para responder a un gran desafío

Para afrontar la problemática de la pobreza, la desigualdad y la marginalidad es clave el rol que debe cumplir no solo el Estado sino también la empresa y las organizaciones de la sociedad civil.

Si durante diez días pusiéramos particular atención a las noticias cotidianas del Norte de Argentina, encontraríamos que aparecen hechos de violencia y muertes asociados a situaciones de vulnerabilidad, pobreza, narcotráfico, y en reiteradas ocasiones sucesos en los que las acciones de la justicia son poco claras, o crónicas en las que pareciera que el Estado no existe. En Tucumán, todavía hoy sigue sin aclararse la muerte de Facundo Pereira, un chico de 12 años fallecido en una persecución policial calificada como “gatillo fácil”. Encontramos crónicas de desapariciones que terminan siendo muertes difíciles de resolver, como la de Gaby: “Nos devolvieron su cuerpo en un cajón cerrado y si eso ya es grave, encima nos preguntaron si deseábamos velar a su victimario junto a ella. Es como si hubieran querido a la fuerza hacerlos pareja… Gaby se perdió a las 10 de la mañana del viernes 16 y apareció a las 17 del sábado, masacrada a golpes, según dijeron los forenses”, aseguró el familiar1. Recientemente, en una nota televisiva2 se conoció la localidad más vulnerable de toda Argentina, Las Tinajas (Santiago del Estero), donde no existe electricidad ni agua potable, y sus habitantes carecen de acceso al médico. La intención no es afectar el estado de ánimo de nadie al poner en evidencia noticias como éstas, o promover un pesimismo desesperanzado; simplemente pretendemos señalar que hechos como estos hoy existen y que sin dudas tienen raíces profundas y de compleja solución, en la que nadie pone en discusión la urgencia de explorar respuestas mucho más eficientes que las “encontradas” hasta el momento. Es un desafío con muchas dimensiones y en el que a veces, sin darnos cuenta, como dice el francés Dubet, “preferimos la desigualdad aunque digamos lo contrario”. Terminamos culpabilizando a las víctimas cuando estigmatizamos a un menor adicto que comete un delito, o nos indignamos (por Facebook, Twiter, Instragram, etc.) cuando los medios de comunicación nos conmueven con la foto de un niño perteneciente a la población wichi, abanderado y descalzo en un acto escolar.

Una vez, un profesor de diagnóstico social, al querer explicar las consecuencias de la pobreza y desigualdad, comparaba nuestras sociedades con un elástico vencido: a veces la brecha se abre tanto que el tejido deja de ser elástico y ya no vuelve a su forma original al estirarlo. Es necesario recomponer ese tejido para que vuelva a ser elástico. Orientados a la recomposición de este tejido existen también personas, organizaciones sociales, empresarios, políticos que en su día a día se comprometen para que leamos cada vez menos estos titulares en las noticias del Norte argentino y el resto del país.

Preguntamos a tres norteños comprometidos en buscar y dar respuestas a un problema tan complejo cuáles son las causas de la pobreza, cuál es el compromiso de su sector y, por último, cómo deberían articularse con otros para responder a estas necesidades.

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Agustín Cabezas, coordinador del Programa de Turismo Solidario y Sustentable en el Norte Argentino, de la Comisión Episcopal Argentina para Migrantes e Itinerantes3.

Las causas

Existe una deuda histórica, una ausencia del Estado. Sobre todo, falta obra pública, servicios básicos que necesita cualquier persona para no caer en situación de pobreza: salud, educación, infraestructura, no hay cloacas ni luz. En el norte salteño hay muchas enfermedades a causa de las letrinas. Sin estas cosas básicas es muy difícil subsistir. Segundo, hay que pensar en la educación, en la inserción laboral, capacitaciones, qué tipo de industria desarrollar en cada territorio, hay cuestiones elementales que no están resueltas aquí. Esta deuda es muy difícil de saldar y en estas condiciones, ¿quién puede salir adelante?

El compromiso del sector social

En nuestro caso, generar oportunidades de trabajo a través del turismo, la artesanía, y ahora ampliamos al sector agropecuario. Lo hacemos utilizando herramientas como la capacitación y la búsqueda de financiamiento para lo que quieren emprender, microcréditos. Herramientas muy bien aprovechadas por algunos, por otros en menor medida. Otra tarea es la de generar conciencia de un turismo más justo, más igualitario; se puede ayudar simplemente siendo turista de estos destinos en vía de desarrollo, que son impulsados por habitantes locales que quieren salir adelante. Visibilizamos, además, las problemáticas de algunas poblaciones. En nuestro caso lo hicimos con la falta de comunicación, de servicios como luz, energías renovables, tratamiento de residuos. Y en todos los casos intentamos facilitar todos los medios para que esto se resuelva, tratando de hacer consciente al Estado, a quien corresponde dar respuesta a estas carencias.

La articulación con empresas y el Estado

Debería haber una articulación. Siempre, cuando uno habla de articulación, tiene que haber quien coordine. En mi experiencia como ONG uno va al encuentro de empresarios, del Estado. Cuando hablás de lo interinstitucional nadie discute su importancia, pero nunca hay tiempo para que alguien coordine estas acciones, convoque, reparta tareas, y esto es fundamental. Porque si no cada uno sigue trabajando por su rumbo. Aquí agrego a otro actor: el sector educativo, porque tiene que salir del aula. Nosotros trabajamos a través de proyectos de extensión universitaria con la UCASAL4. Allí se habla de desarrollo económico y ellos mismos tienen conciencia de que están en una burbuja; ahora estamos viendo de hacer algo en forma conjunta.

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Verónica López. Directora general de Economía Social de la povincia de Salta, entre otros espacios. Presidenta del Movimiento Políticos por la Unidad Argentina5.

Las causas

No hay causa única, falta política pública, de desarrollo humano integral. Las condiciones socioeconómicas se suman a la situación estructural de desigualdad, la forma en que se constituyó el Norte argentino. Hay un 44 % de pobreza estructural, con mucha población originaria, migrante y criolla que no ha podido conciliar un desarrollo local integral. Las políticas de Nación han sido extractivas, sin una planificación estratégica en cuanto al desarrollo integral de la zona, nunca tuvieron en cuenta la identidad, la población y sus características. Otro ingrediente es la falta de calidad democrática, no hay empoderamiento ciudadano ni empresarial, el poder estuvo en manos de los extractivistas. Hoy en día es difícil animar la participación en un contexto tan clientelar, mucho más complejo aun impulsar una movilidad social. El gobierno ha generado la desigualdad con sus políticas de concentración de poder económico y cultural en la zona portuaria y al no poner coto al negocio ilegal en la zona fronteriza. Los bagayeros del Norte trafican ropa para La Salada. Este contexto no  crea expectativas en los adolescentes y jóvenes. Entre estudiar y esforzarse, prefieren hacer bagayerismo o traficar droga porque en dos días ganan 15 mil pesos.

El compromiso del sector público

En primer lugar, hacer todo lo que no hace. Estoy en esta función desde hace poco y una de las primeras acciones es promover esta mirada integral del desarrollo, teniendo en cuenta la comunidad, la identidad y no aplicar “enlatados”. Las políticas públicas hacen lo mismo para todos, pero cada localidad tiene una identidad, una historia, la idiosincrasia de la frontera es distinta de la de los cerros salteños y a la de las zonas urbanas. En el Norte, para un desarrollo integral es necesaria una infraestructura que no existe, promover el emprendedurismo; es una zona limítrofe, el negocio clandestino es la forma de sobrevivencia. Por otra parte, trabajar para generar ciudadanos empoderados cívicamente y en sus empredimientos; hacen falta políticas para mejorar la calidad democrática y por lo tanto las instituciones debemos trabajar para garantizar las condiciones mínimas, mejores y mejorables de la vida.

La articulación con las ONG y las empresas

Articular entre lo público y lo privado para desarrollar estas acciones teniendo en cuenta las identidades regionales. Hoy no existe una movilidad social que produzca diálogo entre los distintos sectores sociales, son compartimentos estancos, los empresarios con los sindicatos, los piqueteros con los gobiernos locales. Son actores que no generan red de diálogo y mucho menos propuestas. Sin embargo esa articulación, ese diálogo, es la base principal para crear condiciones de desarrollo integral.

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Aldo Calliera. Empresario agropecuario. Actualmente, presidente de UNIDESA, la Asociación de Empresarios que administra el Polo Solidaridad6.

Las causas

Es un problema complejo que lleva años sin poder resolverse. La tasa de pobreza mantiene niveles muy elevados (más del 30 %) desde hace mucho tiempo, inclusive luego de años de crecimiento del PBI. Sin caer en obviedades, me animo a decir que el principal problema es la falta de oportunidades. Pero ¿qué las origina? Si bien los egresados de universidades públicas suelen colocarse un escalón por arriba de aquellas privadas (margen que se va achicando en estos tiempos), la gran diferencia se da en el nivel primario y medio. Egresados de escuelas públicas llegan cada vez menos capacitados para ingresar a la universidad y para incorporarse a un mercado laboral que no ofrece demasiadas oportunidades. Ni hablar del desarrollo de habilidades vinculadas con el emprendedurismo. Aquellos padres que no pueden afrontar los costos de la educación privada terminan padeciendo un sistema educativo de donde sus hijos egresan cada vez peor preparados.

El compromiso de los empresarios

Me dedico a la actividad ganadera, en Santiago del Estero. Para la gente que trabaja en el campo la actividad comienza al alba, y uno de sus rituales es la “matera”. Se prepara el mate y cada ronda viene acompañada de una historia, alguna charla. No quería perderme ese momento así que empecé a visitar la matera, pero cuando yo llegaba la conversación se detenía. Es tal la cultura de respeto por el patrón que, ante mi presencia, perdían toda espontaneidad; durante generaciones se instaló en este ambiente la idea de que el peón es inferior al patrón, es una idea y una praxis que se hizo cultura en ellos.

Muchas veces salía triste por no poder atravesar esa muralla, pero con el tiempo y a fuerza de escuchar y esperar pacientemente, las charlas se fueron dando como entre amigos. Con todos menos con Ernesto, que nunca hablaba; hasta que un día, programando el “servicio” (definir lugar y tiempo para el apareamiento de los terneros), les propuse la idea y les pregunté qué les parecía. Fue Ernesto quien, para sorpresa de todos, me dijo que no estaba de acuerdo. Fue tal la emoción, que tardé en preguntar por qué; la razón era que en la zona pensada no había agua para los animales. En otro ámbito, hubiera sido impensable contradecir al patrón.

Solo una visión antropológica positiva puede sacar lo mejor del otro en cada encuentro, es así que podemos ver las riquezas ocultas y traerlas a la luz. La riqueza la tenemos todos, son virtudes que se pueden descubrir gracias a la confianza recíproca y eso es lo que, como empresario, más valoro. Dar estos saltos culturales es lo que junto con otros empresarios (www.edc-online.org ) nos proponemos cotidianamente, generando fuentes de trabajo donde, por ejemplo, antes que preguntarnos quién es el más capacitado, nos preguntamos quién es el que más lo necesita.

La articulación con las ONG y las empresas

¿El problema de la pobreza y la desigualdad es una cuestión de Estado? Seguramente sí. ¿Es exclusiva del Estado? Seguramente la respuesta del lector es no, pero cuando conversamos sobre estos temas pareciera ser que sí. Algunos empresarios se involucran de manera marginal a través de la así llamada Responsabilidad Social Empresaria. Este dualismo Estado/mercado, Estado/empresa nos encasilla, nos fragmenta y el tercer sector pareciera ser un apéndice prescindible. El día que redimensionemos la sociedad civil como un entramado de relaciones entre personas e instituciones, redescubriremos el mercado como expresión de ese entramado, el Estado como órgano funcional al bien común y promotor de la sociedad civil/civilizada. Las empresas las veo como organizaciones civiles, donde el lucro no es el primer objetivo, y que con sus bienes y servicios construyen una sociedad mejor. El cambio es cultural y apunta a cuestiones de fondo. Empresarios que redescubren su vocación civil, funcionarios públicos en pos del bien común y el tercer sector redescubriendo su centralidad en identificar roturas del tejido social, trabajando conjuntamente con el Estado y las empresas para “devolverle su elasticidad” ·

  1. https://www.eltribuno.com/salta/nota/2018-2-22-0-0-0-marginacion-pobreza-y-droga-una-posible-explicacion-para-dos-muertes
  2. https://youtu.be/5oCyLwnKuo4
  3. www.programatsnoa.org.ar
  4. Universidad Católica de Salta
  5. www.mppu.org.ar
  6. http://www.aedec.org.ar/index.php/nosotros/quienes-somos/2015-02-06-18-29-47

Artículo publicado en la edición Nº 599 de la revista Ciudad Nueva.

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