Así se llamarán los centros para mujeres con embarazos de riesgo o inesperados que funcionarán en diferentes villas.
“Quiero estar con ellos a la hora de la luz” reza la entrada a la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31 de Buenos Aires, fundada por el padre Carlos Mugica. Las imágenes y veneración a quien se distinguió por su “opción preferencial por los pobres” y que dio nacimiento al movimiento de los “curas villeros” se ven en cada rincón.
El ruido de los vehículos que pasan a gran velocidad sobre la autopista Illia, que une el centro porteño con el norte de la ciudad, invitan a una interpelación. ¿Cuántas veces uno pasa por allí arriba con la absoluta indiferencia de lo que sucede aquí abajo? ¿Cómo comprender en el vértigo de la velocidad que son muchas las personas que se la juegan “por la propia gente” en uno de los sitios más pobres de la ciudad?
Y precisamente allí, abajo, Sacerdotes de Villas de Emergencia de Buenos Aires y Gran Buenos Aires junto al vicario episcopal para las Villas de Emergencia de CABA, monseñor Gustavo Carrara, presentaron este martes el documento “Hogar del abrazo maternal. Centros para mujeres con embarazos de riesgo o inesperados” sobre el cuidado de la vida de punta a punta, especialmente en situación de vulnerabilidad y pobreza.
Además, un grupo de mujeres de barrios populares de cinco diócesis vecinas a la capital porteña dieron testimonio de cómo se cuidan en sus barrios todas las vidas, con particular ternura cuando el embarazo viene con conflicto, desamparo o soledad: Mariela Cisneros, Capilla Nuestra Señora de Itatí, Barrio Don Orione de diócesis de Lomas de Zamora; Carolina Sánchez, Parroquia Don Bosco, Villa Itatí, Hogar de Cristo y Centro de Noche para Chicas, diócesis de Quilmes; Gladys Ceballes, Villa Carcova, José León Súárez, diócesis de San Martín; Marcela Balverdi, catequista y enfermera, Capilla Jesús de Nazareth de diócesis de Merlo-Moreno; Damiana Godoy, San Roque González y Compañeros Mártires, Villa Palito, diócesis de San Justo.
Leyeron el documento el padre Carlos Morena de Villa Itatí, diócesis de Quilmes; el padre Basilicio “Bachi” Britez de la parroquia San Roque González de diócesis de San Justo; el padre José María “Pepe” Di Paola de Villa La Carcova, de diócesis de San Martín; y monseñor Gustavo Carrara.
Acompañó con su presencia y aliento el obispo de San Justo y asesor global de la Acción Católica Argentina, monseñor Eduardo Horacio García.
La palabra de las mujeres
Cisneros: “Hay dos palabras importantes indiferencia y dar. (…) La indiferencia hiere; dar reconforta y es maravilloso. Nuestra propuesta no es una campaña en contra de la ley de aborto: es una propuesta de vida”.
Sánchez: “Este trabajo ya se viene haciendo, hay continuidad, no hay novedad, hoy se hace público pero se viene acompañando a las mamás en riesgo muy silenciosamente. (..) En muchos casos, las que estamos al frente de estas mujeres en situaciones tan complicadas somos mujeres que en algún momento también padecimos las mismas situaciones que ellas”.
Ceballes: “La propuesta hoy se hace visible pero nosotras, desde Cáritas y otros espacios de la parroquia ya veníamos ayudando al que lo que necesita. (…) Esto nos va a reforzar y vamos a poder tener un lugar fijo para poder ayudar y acompañar a las mamás porque creemos en la vida y sabemos que la vida en camino es una esperanza”.
Balverdi: “A partir de mi profesión [es enfermera] me toca acompañar a familias en la situación más feliz que puede haber que es el nacimiento de un hijo y también a familias que han sufrido un aborto. Sé del sufrimiento, sé que si se practicaron un aborto tienen arrepentimiento y necesidad de contención. Sin juicios de valor vamos a acompañar en nuestros centros a mujeres y también a varones que estén atravesando una situación de aborto”.
Godoy: “Le decimos al mundo que sí amamos la vida, respetamos la vida y queremos cuidar la vida. Por eso estamos acá”.
Nota: Se agradece la colaboración de Virginia Bonard, Prensa de Sacerdotes Villas de Emergencia CABA y GBA.
DOCUMENTO COMPLETO
Hogar del abrazo maternal
Centros para mujeres con embarazos de riesgo o inesperados.
Hemos visto con dolor cómo la Cámara de Diputados de la Nación sancionó por escasos votos el Proyecto de Ley de “Interrupción voluntaria del embarazo”, un eufemismo para dar media sanción al Aborto en nuestras tierras.
Como Iglesia presente en villas y barrios populares, donde se viven diversidad de dificultades, queremos renovar nuestro compromiso con la lucha por la Cultura de la Vida y los derechos humanos. Esperando que los senadores puedan dar cuenta del inmenso valor que tiene toda vida humana, la de la madre y la de la niña o niño por nacer; proponemos una respuesta concreta a la dificultad de las jóvenes y adolescentes de nuestros barrios que llevan adelante embarazos de riesgo o incluso no deseados ni planificados.
Creemos firmemente en la necesidad de cuidar de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte. Siempre cada ser humano será el rostro de Dios, más allá de su fragilidad. La lucha por la igualdad —tan invocada en los discursos de estos días— está en nuestro ADN: los cristianos creemos profundamente en la fraternidad que nos da ser hijos de Dios y por lo tanto hermanos e iguales entre nosotros y ante sus ojos.
Nuestro querido Papa Francisco ha denunciado innumerables veces la cultura del descarte de nuestras sociedades: los viejos, los inmigrantes, las personas con discapacidad, los pobres y los niños por nacer molestan, nos piden atención, nos piden cuidado, nos “quitan” comodidades y privilegios; entonces hay una fuerte tendencia a descartarlos, a quitarles el derecho a la existencia. Los proyectos individuales, el nivel de consumo, el bienestar y el confort, por sobre todas las cosas, son los que mandan.
En el espíritu del documento que escribimos, hace un tiempo atrás, los curas de las villas “Con los pobres abrazamos la vida”, queremos dar una respuesta concreta a las necesidades de nuestras villas y barrios populares, allí donde la vida se lleva adelante pese a las dificultades. Y cada embarazo, cada niña y cada niño, es esperado y recibido como un don, un regalo, con la esperanza de que un futuro distinto y mejor que el actual le espera.
Queremos hacer notar, una vez más, que este compromiso y valoración de la vida lo hemos aprendido del mismo Evangelio y de las mujeres pobres con las que compartimos nuestra vida y trabajo. Muchas veces son madres de sus hijos y de los del pasillo. Sí, en momentos en que tantos y tantas hablan por los pobres mostrando su “preocupación” por ellos, nuestras comunidades quieren hacer nuevamente visible que las mujeres de nuestros barrios eligen la vida, la vida del niña o niño que vendrá y la de la mujer que lo lleva en su vientre, incluso cuando muchas veces deben hacerlo solas sin un hombre que se haga cargo de su propia paternidad y totalmente ausente o en grandes dificultades. Por esto las mujeres serán las grandes protagonistas de esta propuesta: como sujetos de derechos que no solo reciben contención y cuidados, sino que también lo brindan a sus pares. Sí, las mismas mujeres de nuestras comunidades llevarán adelante los Centros que recibirán el nombre de: “Hogar del abrazo maternal”.
Destacamos y agradecemos el trabajo silencioso que se viene haciendo ya hace años en distintas instituciones y dentro de nuestras comunidades para acompañar a mujeres con embarazos de riesgo, o inesperados. De estas experiencias tan concretas nos nutriremos.
Por todo esto es que comenzaremos, e invitamos a otros a hacerlo, a llevar adelante estos Centros para recibir a adolescentes y jóvenes mujeres, que lleven adelante embarazos de riesgo, o inesperados, en condiciones de fragilidad y desamparo. Allí les daremos alimentación, atención y control médico y sanitario, apoyo psicológico, orientación legal y social para que puedan llevar adelante sus embarazos como así también los primeros años de sus bebés hasta poder ingresar al ciclo de educación inicial. Buscaremos facilitar el acceso a políticas y programas que promueven la vida como la Asignación Universal por Embarazo y los programas de Salud Materno infantil, entre otros. En nuestras propias Capillas dispondremos de un lugar adecuado para que puedan estar durante el día, almorzar, merendar, descansar, recibir cariño y contención, formación y orientación ante cada situación y, en los casos en que no fuera posible la crianza posterior del niño, poder rápidamente articular con el sistema Judicial para una pronta adopción del mismo. En un clima de familia que recibe, abraza y acompaña se buscará sobretodo dar ánimo y fortaleza. Por otro lado, también se recibirá y acompañará en sus crecientes responsabilidades a los papás adolescentes y jóvenes. Obviamente se acompañará con respeto y cariño a las mujeres que hayan atravesado el drama de un aborto.
Porque creemos profundamente en que vale toda vida y que las sociedades muestran su verdadero rostro por la forma en que tratan a aquellos más débiles, es que elegimos hacernos cargo comunitariamente de estas situaciones dramáticas y no esperamos acríticamente la instalación de una verdadera cultura del descarte humano.
De modo gradual y con la debida adaptación a cada contexto para recibir mejor la vida como viene, se irán abriendo los Hogares del abrazo maternal en distintas comunidades.
Que la Virgen de Luján, nos enseñe a cuidar de nuestra Patria, comenzando por los más frágiles.
17 de julio de 2018
P. José María Di Paola. Villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita. Diócesis de San Martín.
Mons. Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Vicario para la Pastoral en Villas de CABA
P. Guillermo Torre, P. José Luis Lozzia, P. Marco Espínola. Villa 31. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Juan Isasmendi, P. Eduardo Casabal, P. Ignacio Bagattini. Villa 1-11-14. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Lorenzo de Vedia, P. Carlos Olivero, P. Gastón Colombres. Villa 21-24 y Zavaleta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Domingo Rehin: Villa Lanzone. Villa Costa Esperanza. Diócesis de San Martín.
Mons. Jorge García Cuerva. Obispo auxiliar de la Diócesis de Lomas de Zamora.
P. Hernán Cruz Martín: Barrio Don Orione – Claypole. Obra Don Orione. Diócesis Lomas de Zamora.
Mons. Eduardo García. Obispo de San Justo.
P. BasilicioBritez. Villa Palito. Diócesis de San Justo.
P. Nicolás Angellotti. Puerta de Hierro, San Petesburgo y 17 de Marzo. Diócesis de San Justo.
Mons. Gabriel Barba. Obispo de Diócesis de Gregorio Laferrère.
P. Sebastián Sury, P. Damián Reynoso. Villa 15. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Rodrigo Valdez. Villa Playón de Chacarita. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Martín Carroza y P. Sebastián Risso. Villa Cildañez. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Pedro Baya Casal, P. Adrián Bennardis. Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Juan Ignacio Pandolfini. Villa la Cava. Diócesis de San Isidro.
P. Juan Manuel Ortiz de Rozas. San Fernando. Diócesis de San Isidro.
P. Joaquín Giangreco. Villa Trujuy. Diócesis Merlo-Moreno.
P. Nibaldo Leal. Villa Hidalgo. Diócesis de San Martin.
Carlos Morena, Mario Romanín, Alejandro León, Juan Carlos Romanín, Salesianos, Don Bosco. Cecilia Lee, misionera franciscana. Bea GmiItrowicz, misionera franciscana, Villa Itatí. Diócesis de Quilmes.
P. Alejandro Seijo: Villa Rodrigo Bueno. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Andrés Tocalini. Villa los Piletones. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Dante Delia. Villa Borges. Diócesis de San Isidro.
P. Franco Punturo. Villa 20. Arquidiócesis de Buenos Aires.
P. Omar Mazza. Villa Inta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
Excelente y oportuno articulo. Gracias, Santiago Durante.
Hermoso me gustaría colaborar. Soy odontologa.
Soy psicóloga y quiero colaborar en estos hogares. Como puedo comunicarme, muchas gracias.
Quiero colaborar en alguno de estos hogares de CABA con quien podría conectarme?
Gabriela
Hola. Puedo ofrecer mi ayuda. Soy partera y puedo organizar cursos de preparto.
Hola a todos, por cierto, dejo la referencia a la ley de subrogación en Ucrania, traducida al español: https://maternidad-subrogada-centro.es/maternidad-subrogada-law.pdf