Es la ciudad donde en 2011 fue organizado desde el exterior el levantamiento con el objetivo de desestabilizar el país y derrocar el Gobierno.
Este fin de semana el ejército de Siria ha retomado el control de la ciudad de Deraa, en el sur del país y próxima al paso fronterizo con Jordania, donde se habría originado el levantamiento que, en 2011, condujo al comienzo del conflicto armado en el país.
Desde entonces, la ciudad o parte de ella estuvo bajo control de las fuerzas yihadistas. Recién el día 14 unidades del ejército sirio terminaron su avance en la zona ocupada por los rebeldes, los que negociaron poderse retirar de la localidad y dirigirse hacia Idlib, que es donde se están concentrando los yihadistas en Siria.
En realidad, lo que ocurrió en Daraa en 2011 fue la circulación de un video que demostraría las torturas contra un grupo de una docena de estudiantes culpables de algunas pintadas, por parte de las fuerzas policiales. Sucesivamente, durante una manifestación se produjeron disparos que provocaron víctimas entre los manifestantes y entre las fuerzas de seguridad. Se pudo demostrar sucesivamente que desde la cercana Jordania ingresaron armas que terminaron en manos de los sublevados. Las armas provenían de fondos de Arabia Saudita, al tiempo que se pudo establecer que la “libertad” reclamada durante la manifestación que culminó con víctimas, era la de aplicar la “sharia”, es decir, la ley islámica que se apega a una conservadora lectura del Corán. Algo que el régimen del presidente Bachar al Assad nunca ha aceptado en nombre de la convivencia armónica entre las diferentes minorías que componen la población siria.
Desde entonces, la ciudad ha sido símbolo de un “levantamiento” que pronto mostró como su objetivo principal la voluntad de derrocar el Gobierno de Assad para instalar una teocracia, como la del Isis.
La liberación también de este sector permite asegurar el regreso del país a la normalidad, luego de 7 años de guerra, de medio millón de muertos, del desplazamiento de más de la mitad de la población e importantes destrozos a fábricas e infraestructura civil. La reciente liberación de la zona conocida como Ghouta, en los alrededores de Damasco, ha permitido asegurar la tranquilidad en la capital del país. Al mismo tiempo, las fuerzas armadas pueden concentrarse en torno a las bolsas de resistencia de los rebeldes, sobre todo en Idlib, donde se han trasladado los milicianos que han quedado en el país y sus familias.