Incomoda que a través de las redes sociales se pueda verificar que tal o cual hecho ocurrió de otra manera.
La culpa de las noticias falsas la tiene Facebook. La campaña mediática que se está armando a partir del acceso de una firma privada a millones de perfiles de estadounidenses para favorecer a Trump en desmedro de Hillary Clinton está siendo bombeada en los medios. Y eso es llamativo. Los parlamentos del Reino Unido y de la Unión Europea exigen a Zuckerberg, el dueño de Facebook, que aclare lo ocurrido, mientras en la bolsa su empresa cae. Los mercados financieros suelen ser los primeros ámbitos en los cuales se aplican sanciones.
¿Cuál sería el objetivo de la campaña? Infundir la idea de que sin oportunos controles las redes sociales son difusoras de mensajes “interesados”, entre ellos noticias falsas que condicionan la opinión pública.
Postura bastante extraña si se considera que, desde hace años, las falsas noticias son difundidas precisamente por los Gobiernos que presentan los hechos amañados según sus intereses y los medios que realizan el “corta y pegue” de tales versiones asumiendo por ciertas noticias falsas, omitiendo verificar fuentes, su credibilidad y contrastar la información en sus manos.
Es así que los curdos de héroes que emprendieron la lucha para oponerse a los mercenarios asesinos del Isis, ahora son olvidados negando una prometida autonomía, tanto en Iraq como en Siria, mientras que el ejército turco invade el territorio sirio y los bombardea en Afrin, ahora conquistada, y atacando incluso el hospital ciudadano. Sistemáticamente, los mismos medios han callado las denuncias de uso de armas químicas por parte de los rebeldes yihadistas en Siria e Iraq, más de 70 en manos de la ONU, presentando el régimen sirio como un carnicero que no duda en gasear a su propia gente. Las pruebas recogidas por varias organizaciones y estudiadas por expertos, incluso norteamericanos, han indicado lo contrario.
Un reino del revés del que la foto que presentamos es apenas uno de entre los incontables ejemplos.
En la imagen aparece la denuncia de Amnistía Internacional reproducida en febrero de 2017 por el diario italiano La República, sobre el asesinato de prisioneros por parte del régimen sirio. Sin embargo, la foto original es de 2014, ha sido difundida por un sitio ruso y se refiere a la matanza de soldados sirios prisioneros por parte de los yihadistas que invadieron Siria. El recorte de la imagen realizado por el medio, permite evitar la bandera oscura con la inscripción en árabe (lado derecho) que revelaría quiénes son los que apuntan con sus armas contra esos hombres.
Las redes sociales, que sin duda pueden ser un canal de difusión de noticias falsas, también son en realidad un modo para democratizar la información permitiendo el filtro de quienes conocen las realidades en el lugar, son expertos que pueden confirmar o no un dato, son testigos que pueden negar hechos. Como los testimonios que desde Siria cuentan otra historia de esta guerra.
El problema, pues, es la deontología profesional de los medios de comunicación que están renunciando a su función de servicio público para simplemente administrar sus intereses comerciales. La cuestión, por tanto, es la incomodidad ante el rol de las redes sociales y una opinión pública que se resiste a ser domesticada.
Bueno, la tarea es ardua, hay que desnudar cada mentira. Personalmente le he exigido a FB que retire post con noticias falsas; y tan falsas y groseras que no se le puede escapar a una persona medianamente informada. Por otro lado huelen tan mal que ya uno se da cuenta solo por esto.