Dick’s Sporting Goods y Walmart han anunciado que, además, elevan a los 21 años la edad para adquirir armas y municiones.
En los Estados Unidos el debate sobre la facilidad con la que se accede a la adquisición de armas guerra está produciendo cambios. La compañía Dick’s Sporting Goods, uno de los mayores vendedores de armas y artículos deportivos, anunció que dejará de vender fusiles de asalto como el que utilizó hace dos semanas el autor de la masacre en el instituto de Parkland (Florida) ni cargadores de gran capacidad. Tampoco venderá en sus tiendas armas ni munición a menores de 21 años de edad.
La medida ha sido acompañada por la cadena de hipermercados Walmart, lo que aporta una consistente cuota de este tipo de mercado.
Se trata de una decisión que va más allá de la permisiva legislación que regula la venta de armas en el país. Y es también una de las respuestas más rotunda en el debate que la última masacre ha instalado en el país, acompañado por la movilización de jóvenes, entre ellos algunos sobrevivientes de Parkland.
En el pasado, en coincidencias con otras masacres, las dos cadenas habían suspendido, pero no cesado la venta de armas de guerra. Ahora Walmart anuncia que incluso dejará de vender productos como armas de juguete o de aire comprimido similares a las de asalto.
“A raíz de los recientes eventos”, explica un comunicado de la empresa, “aprovechamos la oportunidad para revisar nuestra política de ventas de armas… Nos tomamos muy en serio nuestra obligación de ser un vendedor responsable de armas e ir más allá de los requerimientos de la legislación federal”.
El mundo de los negocios está teniendo cambios. La postura rígida y agresiva de la Asociación Nacional del Rifle ha provocado que corporaciones como las aerolíneas United y Delta, la aseguradora Metlife, la tecnológica Symantec o las compañías del alquiler de coches Hertz, Avis y Enterprise tomaran distancia de la organización que defiende a rajatabla el acceso a las armas de guerra. El lobby en torno a las armas es muy poderoso y no todos consideran oportuno mostrarse cerca de él, ante el clamor del debate y el dolor suscitado por la matanza. Compañías aéreas como United y Delta ofrecían descuentos a los 5 millones de miembros de la Asociación del Rifle.