Las aguas residuales, y los deshechos de los cultivos agrícolas y la cría de trucha amenazan la flora y fauna de la laguna de Tota.
El lago de Tota, el más grande Colombia, corre serios peligros de contaminación. Ubicado en el departamento de Boyacá, el lago está siendo afectado por los cultivos de cebolla y la cría de la trucha en los que se utilizan prácticas indebidas.
La principal responsabilidad recae, según el director de Corpoboyacá, José Ricardo López, quien indicó que “los campesinos utilizan la ‘gallinaza cruda’, una mezcla de estiércol y aserrín, para fertilizar el suelo. No es el mejor de los fertilizantes porque descarga al lago nitrógeno y parte del fósforo”, dijo el dirigente en declaraciones a la cadena RCN Radio.
Asimismo, el director indicó que el alimento utilizado para las truchas también está contaminando la laguna junto con las heces del animal, pues “generan fósforo, un agente contaminante”. La presencia de fosfatos estaría explicando, por tanto, la proliferación de algas y de maleza.
Además, las aguas residuales que llegan a la laguna de Tota desde el municipio de Aquitania, a causa de la insuficiencia de la planta de tratamiento, también generan contaminantes.
Los campesinos de la zona aseguran, por su parte, que el lago les permite sostenerse. Los cultivos de trucha y cebolla alrededor del lago mueven la economía de miles de familias.
En cuanto autoridad ambiental de la zona, Corpoboyacá retira la maleza y monitorea la calidad del agua. Además, la corporación autónoma expidió un decreto para exigir a los campesinos captar las heces de las truchas y comprarles alimentos con menor contenido de fósforo, medida que desde 2018 permitirá implementar sanciones.
También se delimitó la zona del lago en contacto con las actividades de cría y de cultivo. La antigüedad de esta actividad, debería motivar la intervención estatal para ofrecer alternativas a los campesinos y para tratar las aguas residuales de Aquitania, proyecto que se está demorando. Sin embargo, es urgente intervenir antes que los daños sean mayores, incluso para los agricultores de la zona.