La justicia electoral lo juzga por la supuesta financiación irregular de la campaña electoral de 2014 que ganó con Dilma Rousseff. Un fallo negativo acabaría con su mandato.
Desde ayer el Tribunal Superior Electoral de Brasil abrió un juicio contra el presidente de Brasil, Michel Temer, que durará hasta mañana y que podría acabar con su mandato, en medio de la grave crisis institucional en la que el país está sumido.
El Tribunal deberá pronunciarse sobre las acusaciones de financiación ilegal de la fórmula ganadora de las elecciones presidenciales de 2014, compuesta en ese momento por Dilma Rousseff y el propio Temer, respectivamente candidatos a presidente y vicepresidente. El proceso ya había sido aplazado en abril por la presentación de más testimonios. El TSE prevé ahora tres días para tratar el caso en cuatro sesiones que culminarán este jueves.
De hallar culpable a la dupla Rousseff-Temer, la sentencia del máximo tribunal electoral anularía el mandato gracias al cual el actual presidente pudo suceder a su compañera de fórmula destituida el año pasado después del “impeachment” al que fue sometida acusada de irregularidades administrativas en la gestión de los recursos públicos (maquillaje de los balances y corrimiento de partidas del presupuesto).
No es fácil hacer previsiones acerca del desenlace del juicio, también podría verificarse un nuevo aplazamiento para estudiar mejor las pruebas aportadas.
La denuncia contra la fórmula electoral es antigua (la primera demanda se presentó en 2014), pero el proceso cobró ahora relevancia como posible salida a la actual crisis política. Empresas como Odebrecht podrían haber financiado irregularmente su campaña.
La situación es delicada. Temer era el primero en la línea de sucesión. En caso de ser destituido o renunciar – alguno ha sugerido que incluso una condena del tribunal sería una salida “elegante”, en un momento que es acusado de delito incluso más graves -, debería asumir la presidencia el titular de Diputados, pero resulta que los presidentes de las dos Cámaras están siendo investigados por delitos de corrupción motivo por el cual debería asumir la presidenta del Supremo Tribunal Federal para convocar en dos meses al Congreso a elegir indirectamente un nuevo mandatario. El mecanismo constitucional, en efecto no prevé las elecciones anticipadas y no parece posible conseguir los votos necesarios para una enmienda constitucional que las instituya.
Desde hace varias semanas, Temer está bajo la lupa de los investigadores luego de que un empresario de un importante grupo cárnico, el JBS, presentó un audio en el que el presidente parece avalar el pago de coimas para evitar que uno de los políticos condenados por el escándalo Petrobras revele todo lo que sabe de la red de corrupción.
Temer se niega a dimitir y conduce un Ejecutivo desprestigiado y casi paralizado. De hecho, varios sectores políticos y económicos, incluso algunos antes afines al presidente, piden ahora su renuncia, mientras caen figuras muy cercanas al presidente. Entre estas últimas, el ex ministro Henrique Eduardo Alves, acusado de recibir sobornos para la realización de un estadio, y de Rodrigo Rocha Loures, filmado por la policía llevando en un maletín sobornos recibidos del grupo cárnico JBS. Ambos arrestados son miembros del partido de Temer, el PMDB.