El retiro espiritual que durante tres días ha involucrado a los participantes en la Asamblea Sinodal ha sido “una profunda experiencia de unión con Dios y de amistad con los hermanos y hermanas presentes”. Así lo define Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, entre los Invitados Especiales al Sínodo.
Tres días de retiro en Sacrofano para los 464 participantes en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que inicia hoy en el Vaticano. Entre las 9 personalidades convocadas para los trabajos como Invitados Especiales se encuentra Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares u Obra de María, una de las expresiones más relevantes entre las realidades eclesiales de renovación espiritual y social surgidas en el siglo XX.
“No niego la emoción que siento, tengo sobre todo la gran alegría de poder participar en persona en este momento de gracia”, escribió Karram a los miembros de los Focolares el 26 de septiembre anunciando su participación en la Asamblea de octubre. Esto ha puesto en mi corazón un gran deseo: el de comprometernos -como Movimiento de los Focolares- a mejorar, a dar un paso más, a fortalecer y afinar nuestras relaciones de unidad, a ser constructores de fraternidad en cada ambiente en el que vivimos o trabajamos. Por último, les pido lo más importante: ¡que recen!”
Karram: una experiencia espiritual profunda y de amistad
Casi al final del retiro de tres días que precedió a los trabajos del Sínodo, Margaret Karram cuenta la experiencia vivida como algo muy profundo, “estos tres días”, dice, “nos acercaron ante todo unos a otros como hermanos y hermanas, más allá de nuestros papeles en la Iglesia, precisamente como pueblo de Dios que pertenece a la misma Iglesia. Fue una intuición muy importante preceder los trabajos del Sínodo con este retiro, porque nos llevó inmediatamente a la esencia, en mi opinión, del Sínodo, que es ante todo “estar en silencio” y al mismo tiempo “estar a la escucha” para captar lo que dice el otro y quizás cambiar o enriquecer mi reflexión”.
La amistad humana en la Iglesia
Esperanza, hogar, amistad, autoridad, algunos de los temas propuestos en las reflexiones del padre Timothy Radcliffe. La palabra que más impactó a Margaret Karram fue amistad y explica por qué: “Me impactó porque descubrí que en nuestras relaciones no damos suficiente importancia a la amistad humana, que también puede ser amistad divina. Creo que a veces, incluso en nuestras relaciones en la Iglesia, nos detenemos en el plano espiritual y olvidamos que incluso una amistad humana puede ayudarnos a crecer. Jesús mismo llamaba a sus discípulos, amigos. Me parece que esta dimensión debe descubrirse también en la Iglesia.
Como María podemos mirar la grandeza de Dios
En su introducción a las laudes de la última mañana de retiro, la Madre Ignazia Angelini ofreció una reflexión sobre el Magnificat, el canto de alabanza de María. “Esta reflexión -comentó Karram- me ha hecho darme cuenta de hasta qué punto María debe estar presente en mi vida y especialmente en este camino que estamos recorriendo, porque ella mira la grandeza de Dios, no lo que ella sabe hacer, se adhiere a su voluntad con su “aquí estoy” y luego actúa. Esto me ha dado tanta esperanza, porque creo que cada uno de nosotros podrá dar su contribución al Sínodo y que será algo muy rico, pero con esta actitud de María”.
La presencia de Jesús como en Emaús
Esperanza, pues, es la palabra con la que Karram se prepara para vivir la Asamblea del Sínodo, pensando también en el pasaje evangélico de los discípulos de Emaús. “Como hizo con ellos”, dice, “estoy seguro de que Jesús nos acompañará y estará entre nosotros en este camino del Sínodo, y nos explicará los pasos que hay que dar. Siento que no debo tener miedo porque estoy segura de que Dios nos guiará y nos iluminará”.
Fuente: Vatican News