Un “rey extraño” celebra sus 71 años

Roque Narvaja nació en Córdoba, el sábado 10 de febrero de 1951. No alcanza con titularlo como cantautor, es un trovador, y mas aún: un tremendo violero. No en vano, es reconocido en España, donde vivió su exilio. En Argentina, el reconocimiento fue fugaz, y es un tema pendiente, como tantas otras cosas.

Roque integró La Joven Guardia, aquella agrupación mítica que sonó fuerte entre 1968 y 1972. En 1969 forma parte del elenco que dirige Julio Porter en “El extraño del Pelo largo”, para luego actuar en “El Profesor Hippie”. La fama venía más por el lado del costado de las actuaciones, pero poco, muy poco, respecto del tremendo trabajo que venían haciendo con letras y ritmos. 

Roque fue, es y seguirá siendo un laburante de las letras. Es un artesano: cada palabra tiene su motivo, no desentona, y no es arbitraria. Hace gala de un lenguaje amable, claro. Hay una poesía “oculta”. En esto se da la mano con el estilo de Miguel Cantilo. 

A todo eso, hay que sumarle su vertiente de enorme guitarrista, que conoce no solo de melodías, sino de géneros varios. Abreva en todo ese universo, y gracias a ese catálogo, Roque no se quedó con sus grandes éxitos, sino que su producción sigue activa. Por eso nos da instrucciones para madurar.

Merced a esta fuerza, Roque pudo interpretar algunas señales de esta tierra que tanto ama, pero que brinda pocas oportunidades a los músicos jugados. Volvió de España en 1983 para radicarse en Junín, porque estaba con el bichito de la aviación en su testa, hábito que había iniciado en España. Supo de éxitos comerciales, que fueron fruto de la continuación de Santa Lucía, de la mano del ibérico Miguel Ríos. A este siguieron algunos otros como Menta y limón, pero fue un estilo que no pegó con la onda nacional. Roque siguió su vuelo, conjugándolo con la música. Alternativa rentable, y la música porque la lleva en su ADN. 

Las vueltas de la vida, y del aire, lo llevaron a elegir Rosario, como el mix perfecto, donde puede volar, e instruir pilotos. Su misión es la de compartir: música, letras, conocimiento. Unas cosas las hace desde sus discos, y sus letras. Otras desde sus palabras, cuando se eleva, y toca el cielo con las manos.

Damos fe que es un distinto, un ser muy equilibrado. Un tipo agradecido a la vida, un ser comprometido. Y como si esto fuera poco, un ex alumno del entrañable Colegio San Miguel.

Roque es un rey extraño: ¡feliz cumpleaños!