Ebo, el elefantito corneta

Ebo, el elefantito corneta

Para leer en familia.

Texto de Annamaria Gatti / Ilustración: Eleonora Moretti

La mañana estaba muy calurosa en la sabana y los elefantes músicos, en fila para la prueba general del concierto, se mantenían frescos agitando sus orejas. “¡Mamá, me estoy cocinando!”, protestaba Ebo, el elefantito. “Prestá atención al maestro en lugar de quejarte”, lo retó mamá elefante. El maestro de la gran orquesta estaba por empezar a dirigir el concierto.

No es que Ebo fuera un llorón, lo que pasa es que no le salía muy bien el barrito1 para la sonata en Do mayor. Su trompa, que utilizaba como corneta, no funcionaba. “¡Prefiero marcar el ritmo con el cuerpo!”. ¡En definitiva, tocar música soplando la trompa no era nada fácil!

Entonces el maestro dio el La y comenzó la prueba general del concierto. Ebo tenía que estar atento y lanzar el bocinazo con su trompa en el momento justo. Pero… “¡aaaaaachííííííííssss!”. El estornudo sonó muy desafinado en toda la sabana. Como una corneta rota. ¡Qué papelón!

Ebo esperó la reacción del maestro mientras pensaba: “Ahora va a gritarme y me expulsará de la orquesta”. Ebo revoleó de golpe su trompa y ¡paaaf!, se encontró cara a cara con el maestro.

Ebo casi se hace pipí encima de la sorpresa, pero pronto se dio cuenta de que no había enojo en los pequeños ojos del gran paquidermo. Y además estaba sonriendo. El director lo miraba fijamente, es decir, con mucho interés. Después le dio unas palmaditas de aliento sobre el lomo con su trompa de gran maestro. “Ebo… te llamas Ebo, ¿verdad?”. “Sí, señor”. “Muy bien, todos cometemos algún error grande, incluso los mejores, pero no tengas miedo, yo te ayudaré. Solo tienes que mirarme todo el tiempo y ya verás, juntos daremos el concierto más hermoso de la sabana. ¿Qué te parece?”. “Mmmm… me parece bien, señor”, balbuceó Ebo con alegría.

Ebo empezó a soplar muy bien con su corneta natural y desde aquel día marcaba el ritmo también con su colita, mientras el maestro pensaba: “¡A este paso, este elefantito se convertirá en un director de orquesta!”. No es con retos como se superan los errores, sino creando alianzas.

Artículo publicado en la edición Nº 638 de la revista Ciudad Nueva.

1.  Se llama “barrito” al sonido característico de los elefantes.

Original en italiano publicado en Città Nuova. Traducido por Lorena Clara Klappenbach.

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