Crónica de un comicio

Crónica de un comicio

Con motivo de las elecciones generales del domingo 14 de noviembre de 2021, el cronista obtuvo el testimonio del presidente de una mesa que estuvo ubicada en la porteña Facultad de Ingeniería de Las Heras y Azcuénaga.

 
La idea era conocer detalles logísticos sobre lo que sucede durante una jornada eleccionaria en una mesa de votación. El aplicado presidente destacó la importancia de las PASO, no solo por el acto eleccionario en sí, sino como una forma de conocerse con el resto de las autoridades del comicio: delegados judiciales, del comando general, la gente del Correo, los fiscales y con el coequiper de la mesa. En la ocasión septembrina ambas autoridades de mesa llegaban “tranquilas” al comicio, ya que en sus citaciones respectivas habían sido convocadas en calidad de “suplentes”.
Grande fue la sorpresa de aquel domingo septembrino cuando en un tris, tuvieron que decidir cómo harían, ya que la figura del presidente de mesa brillaba por su ausencia. Mientras hacían la cola para que les entregaran la urna, definieron a cara o cruz quién presidiría la mesa. Así lo hicieron, y esto les permitió ejercitar los roles que fueron más de laburo conjunto, que “autoritarios”, tal como el término sugiere. Ambos habían hecho los respectivos cursos de capacitación, y uno de ellos había participado en las elecciones de 2015, cuando en 105 días hubo no una, sino tres elecciones, pero como suplente. Probablemente, aquella participación sirvió para perder cierto temor frente al rígido término de “autoridad de mesa”.

Lo cierto es que para el domingo 14 de noviembre, esta dupla era bien consciente que el telegrama de septiembre venía con segunda función en noviembre en la convocatoria. Por eso, sabían que volverían a ejercitar la función.

El presidente resaltó infinidad de veces esta especie de conocimiento humano previo, como algo esencial a la hora de volver a interactuar. De hecho tenían la ventaja de presentarse nuevamente, frente al mismo electorado. Esto hacía que muchas personas que se acercaban a votar fuesen caras conocidas, o al menos vistas en circunstancias de un domingo electoral.

Climas, autoridades y elementos sugeridos

Ambas elecciones transcurrieron sin sobresaltos, dentro de un clima de muy buen trato. En el caso de las PASO, el coronavirus obstaculizaba mucho más el desplazamiento de las personas. Cuestión que fue casi imperceptible en las generales. Este factor ayudó a mejorar el humor del electorado, minimizando la cantidad de reclamos y/o protestas.

La novedad para el comicio novembrino fue que se sumó un segundo suplente como autoridad de mesa. Eran tres personas para colaborar conjuntamente, este detalle sirvió para distender un poco las presiones. La mesa se conformó velozmente, y pudieron habilitar la mesa en cuestión a las 8 en punto. Desde ese momento, cual función de teatro, se repitió la función de las PASO, el suplente recibía los documentos, los chequeaba junto a los fiscales y al presidente, se le extendía el sobre para votar, y se procedía al complejo procedimiento del padrón especial, donde se debe recortar el troquel con la constancia de voto.

El entrevistado destacóÑ “ciertamente la Cámara Electoral debería proveer elementos como una plancha de corte y sendas trinchetas. Las mismas serían bienvenidas a la hora de la apertura de sobres, porque un porcentaje significativo sigue cerrándolo a la hora de votar”. Consultado sobre la utilidad de la plancha de corte, especificó que “es esencial para manejar los troqueles del padrón especial, sin dañar las otras hojas. Si bien los troqueles tienen microperforaciones, no es una tarea que se pueda realizar en forma manual, por el tiempo que demandaría. El agregado de los cutters, lo hicimos por nuestra cuenta, al igual que la plancha de corte, y esto ayudó a reducir el tiempo del voto de cada elector de nuestra mesa”.

Cada jornada eleccionaria implica una convivencia superior a las 13 horas, y se experimentan diversas emociones. Desde los nervios frente al inicio de lo inminente y desconocido, como son los resultados, el saber quienes conformarán la mesa, etc., también hay momentos emotivos: ver votar a personas muy mayores, que lo hacen con gran decisión. Padres que llegan con pequeños a la mesa, y les muestran con naturalidad cómo es el proceso del voto.
También integran el universo de electores personas con carácter complejo, pero el presidente detalló que no llegaban al 3%. De todos modos, indicó “hay que estar preparado para personas que objetan todo: desde la ubicación de la urna, hasta el clima de la jornada. Uno poco puede hacer frente a esto, pero la sugerencia es la de no enfrascarse en discusiones estériles, la jornada es larga y la energía mayor hay que reservarla para el escrutinio y la entrega de la urna”.

Recetas caseras

Conscientes que es complejo llegar frescos al escrutinio, consultamos sobre si ensayaron algún método distinto a la hora de la apertura de la urna y de los sobres. Su testimonio fue elocuente, “mientras hacía el curso de capacitación, que es virtual, recordé el dolor de cabeza en algo tan simple como el recuento de votos experimentado durante las PASO. Fue algo que me marcó, precisamente en el aula donde hicimos el recuento, había tenido clases de matemática para el ingreso a la universidad, y había resuelto problemas de diverso calibre, pero el conteo de electores nos tenía a maltraer y no podíamos definir con exactitud la cantida de votantes, un típico problema de álgebra básica. De ese modo, armé una grilla para ir tildando cada votante que emitía su sufragio, según su número de orden. Algo tan esencial, evitó demoras posteriores”, declara mientras exhibe orgullosamente su “ábaco electoral”.

Prosigue el presidente algebraico: “Es una ventaja que la Cámara Electoral haya citado a tres personas como autoridad de mesa, el problema es que remite tan solo dos padrones, quedando la tercera persona, sin funciones. Algo que puede ser esencial, y definitorio a la hora del recuento, porque el ejercicio de la apertura de la urna, el conteo de los sobres y la posterior clasificación de los votos, es algo que requiere una concentración adicional. Es óptimo cuando son tres personas las que definen, pero en definitiva deben tener funciones bien claras y asignadas. Cosa que no sucede en el caso del segundo suplente. Una pena”.

Algebra y aperturas

Consultado sobre el momento del escrutinio, el entrevistado destacó que tanto las dos autoridades de mesa, como las dos fiscales, repasaron los padrones, chequeando quienes habían votado, y sumaron igual cantidad de votantes, “Este si fue un buen comienzo. Luego vino la apertura de la urna, nuevamente con las trinchetas, y el volcado de sobres. Es importante destacar que primero se cuentan los sobres, y luego de verificar su cantidad se procede a la apertura de cada uno de ellos, de allí la invitación a cerrar el sobre doblando la lengüeta, cuestión que agilizó notablemente la apertura. Apilamos las boletas por agrupación, y luego invitamos a las fiscales al conteo de las pilas, para cerciorarnos de las cifras. El resto que fue confeccionar actas varias, donde se reiteraban las cifras, fue muy simple”.

Percepción

Finalmente le preguntamos cómo calificaría su experiencia de ser “autoridad de mesa” en las elecciones: “Es esencial hacer un paso por esta función para darnos cuenta de la sociedad que conformamos. Primero, uno se topa con vecinos cercanos, en un momento de “civismo profundo”, y no se experimentan divergencias tan rimbombantes, como las que pululan en los medios. También veo la inmensa participación de jóvenes de 25 años, que tienen gran manejo del código electoral, que comparten su conocimiento, y que saben escuchar. Diría que la experiencia es tan reconfortante como exigente. ¿Pero, quien te quita lo bailado/votado?”.

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