La máxima de los financistas “Cash is King”, que aludía a la importancia de contar con contado en momentos de volatilidad, va perdiendo fuerza en el siglo XXI. Parece que el impacto de la pandemia aceleró los procesos.
A modo de muestra, tomemos el caso de Suecia, primer país europeo en introducir billetes, allá por 1661. El punto es que el gobierno sueco pronostica la desaparición del pago en esta modalidad para 2023.
Evidentemente la pandemia extendió no solo el virus, sino que ayudó a utilizar y adoptar otras formas de pago. Si nos referimos a la utilización de las billeteras digitales, estas también crecieron en popularidad: Alipay, We Chat Pay, y Paypal. La primera cuenta con más de 1.000 millones de usuarios activos. Las dos primeras son compañías de origen chino, y probablemente impactaron en la digitalización para los pagos en toda la región.
Son hábitos que varían según las regiones. En Corea del Sur, el 18% de las transacciones son en efectivo, mientras que en Europa el efectivo persiste.
El Banco Central Europeo determinó que el 73% de las transacciones son en efectivo.
¿Por casa cómo andamos?
Según el gigante Mercado Pago, la Argentina avanza en las transacciones con soluciones tecnológicas, pese a ser una economía apegada al uso del efectivo.
Los dispositivos de cobro electrónico se triplicaron desde 2016, con un crecimiento exponencial de los lectores móviles de tarjetas, que se multiplicaron por 10. De estos, gran parte lo hizo primero con lectores de tarjeta, para volcarse luego en gran medida a la utilización de los códigos QR. Como dato adicional, muchos ni siquiera usan cuenta bancaria tradicional, sino que acuden a soluciones como la de Mercado Pago, que una propuesta que combina productos financieros con tecnología, lo que se conoce en la jerga como una fintech.
Nos preguntamos si seguirá vigente la cita “billetera mata galán”. Deberíamos consultar al Viejo Gómez.
Fuente:
https://tinyurl.com/CnDondeHayUnMango
Informe de la CAC “Hacia una economía sin efectivo”
